Nicanor Parra por Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Nicanor Parra Sandoval (San Fabián, Provincia de Ñuble, 5 de septiembre de 1914)
"NICANOR PARRA ANTI-RETRATO O LOS PROFESORES NOS VOLVIERON LOCOS A PREGUNTAS QUE NO VENÍAN AL CASO".
NICANOR PARRA CUMPLE 100 AÑOS: ANTIPOEMAS
Referencia:
Vásquez Rocca, Adolfo, "NICANOR PARRA: ANTIPOEMAS, PARODIAS Y LENGUAJES
HÍBRIDOS. DE LA ANTIPOESÍA AL LENGUAJE DEL ARTEFACTO",En NÓMADAS,
Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad
Complutense de Madrid UCM, Nº MONOGRÁFICO [Nº Especial: América Latina
(2012)] pp. 213 - 231
http://www.ucm.es/info/nomadas/americalatina2012/adolfovasquezrocca_2.pdf
http://www.ucm.es/info/nomadas/americalatina2012/adolfovasquezrocca_2.pdf
NICANOR PARRA 100 AÑOS DE ANTIPOEMAS, ARTEFACTOS DRAMÁTICOS Y DISCURSOS DE SOBREMESA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
NICANOR PARRA 100 AÑOS DE ANTIPOEMAS, ARTEFACTOS DRAMÁTICOS Y DISCURSOS DE SOBREMESA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Nicanor Parra cumple cien años
En
2014, precisamente el 5 de septiembre, se cumplirán cien años del
nacimiento del poeta Nicanor Parra. Por lo tanto, en Chile comenzaron en
los primeros días de enero actividades y actos para celebrar su figura y
su obra, que motivó estudios en todo el mundo, mientras se informa que
Parra comenzó el año bien de salud, activo y escribiendo.
En qué quedamos entoncesEsa pregunta ya la contesté:
Escribir como hablan los lectores
& punto
Eso sí que es una advertencia
A sea quien sea
Depredadores
¡manda de langostas!
Un poquito de sentido común:
Llévense el cobre
llévense el cochayuyo
Llévense los mariscos + deliciosos
La albacora
los locos
las centollas
Prácticamente ya no queda nada
Pero cuidado con el bosque nativo carajo:
Se tendrán que batir con los mapuches!
Ésta no es una república bananera
Aquí no hay corrupción
Fuera de la que todos conocemos
Este país es la copia feliz del Edén
O x lo menos una fotocopia
Qué es poesía
La fundación del ser x la palabra
Poesía eres tú
Todo lo que se mueve es poesía
Lo que no cambia de lugar es prosa
Pero qué es poesía
Todo lo que nos une es poesía
Sólo la prosa puede separarnos
Sí pero qué es poesía
Vida en palabras
Un enigma que se niega a ser descifrado x los profesores
Un poco de verdad y una aspirina
Antipoesía eres tú
Renunciar a la métrica y a la rima
Reemplazar la cámara fotográfica x el caleidoscopio
No mirar para atrás
Hacer subir una vaca x el arco iris
El volantín como medio de locomoción
Orinar en un tarro parafinero
Negocio redondo por donde se mire
Publicar los poemas
En rollos de papel higiénico
Por supuesto sras & sres
Ediciones biodegradables
Sensacional
genial
elefantástico!
Negocio redondo por donde se mire
Pero no nos vengan con que eso es poesía
Nota sobre la lección de la antipoesía
1. En la antipoesía se busca la poesía, no la elocuencia.
2. Los antipoemas deben leerse en el mismo orden en que
fueron escritos.
3. Hemos de leer con el mismo gusto los poemas que los
anti-poemas.
4. La poesía pasa-la antipoesía también
5. El poeta nos habla a todos sin hacer diferencia de nada
6. Nuestra curiosidad nos impide muchas veces gozar
plenamente la antipoesía por tratar de entender y discutir
aquello que no se debe.
7. Si quieres aprovechar, lee de buena fe y no te
complazcas jamás en el nombre del literato.
8. Pregunta con buena voluntad y oye sin replicar la
palabra de los poetas; no te disgusten las sentencias de
los viejos pues no las profieren al acaso.
9. Saludos a todos.
(De
"Parranda Larga", Antología Poética, con selección de textos y prólogo
de Elvio Gandolfo, Alfaguara, Buenos Aires, 2010. Nicanor Parra nació el
5 de septiembre de 1914 en San Fabián de Alico, provincia de Ñuble. Con
18 años llegó a Santiago desde Chillán, completó estudios secundarios,
período en el que ya tomó contactos con escritores y otros creadores.
Estudió matemáticas y física pero siguió vinculado con la literatura y
la poesía en especial. En 1937 publicó su primer libro, “Cancionero sin
nombre”, inspirado según los estudiosos en el “Romacero gitano” de
Federico García Lorca, pero con señales ya de su sello personal y en
particular de su “antipoesía”. Después de un viaje de estudios
científicos a Estados Unidos, en 1954 publicó “Poemas y antipoemas”,
considerado una marca profunda en la lírica hispanoamericana.
Informalidad total, irreverencia, sarcasmo, ironía, aparecen entre sus
versos. Puede decirse que desde entonces su presencia poética se
conserva en primer plano, a pesar del deslumbramiento internacional por
sus compatriotas, en especial Pablo Neruda. Recibió gran cantidad de
premios, entre ellos el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2001;
el Cervantes, en 2011, que no viajó para recibir; y el Iberoamericano de
Poesía Pablo Neruda, en 2012, a cuyo jurado amenazó querellar, por no
haber premiado a otros poetas en lugar suyo).
Así era Huidobro
No me pidan que escriba con los pies
Replicó
Cuando se le tildó de cerebral
El rigor verdadero reside en la cabeza
Que Neruda se haga cargo de las empleadas domésticas
Ésta es una poesía para príncipes
Test
Qué es un antipoeta:
Un comerciante en urnas y ataúdes?
Un sacerdote que no cree en nada?
Un general que duda de sí mismo?
Un vagabundo que se ríe de todo
Hasta de la vejez y de la muerte?
Un interlocutor de mal carácter?
Un bailarín al borde del abismo?
Un narciso que ama a todo el mundo?
Un bromista sangriento
Deliberadamente miserable?
Un poeta que duerme en una silla?
Un alquimista de los tiempos modernos?
Un revolucionario de bolsillo?
Un pequeño burgués?
Un charlatán?
un Dios?
un inocente?
Un aldeano de Santiago de Chile?
Subraye la frase que considere correcta.
Qué es la antipoesía:
Un temporal en una taza de té?
Una mancha de nieve en una roca?
Un azafate lleno de excrementos humanos
Como lo cree el padre Salvatierra?
Un espejo que dice la verdad?
Un bofetón al rostro
Del Presidente de la Sociedad de Escritores?
(Dios lo tenga en su santo reino)
Una advertencia a los poetas jóvenes?
Un ataúd a chorro?
Un ataúd a fuerza centrífuga?
Un ataúd a gas de parafina?
Una capilla ardiente sin difundo?
Marque con una cruz
La definición que considere correcta.
La montaña rusa
Durante medio siglo
La poesía fue
El paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
Y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
Echando sagre por boca y narices.
Advertencia
Yo no permito que nadie me diga
Que no comprende los antipoemas
Todos deben reír a carcajadas.
Para eso me rompo la cabeza
Para llegar al alma del lector.
Déjense de preguntas.
En el lecho de muerte
Cada uno se rasca con sus uñas.
Además una cosa:
Yo no tengo ningún inconveniente
En meterme en camisa de once varas.
Epitafio
De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de un profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
Cero problema
la economía para la Derecha
la política para la Democracia cristiana
y la cultura para la Clase Trabajadora
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto",
Nicanor Parra Autorretrato o Los Profesores nos volvieron locos a preguntas que no venían al caso
BIBLIOGRAFÍA
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PARRA, Nicanor, Los profesores, New York, Antiediciones Villa Miseria, 1971. Poema extenso que posteriormente pasará a formar parte de Hojas de Parra.
PARRA, Nicanor, Poemas para combatir la calvicie (1993).
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PARRA, Nicanor, Chistes par(r)a desorientar a la (policía) poesía (edición de María Nieves Alonso y Gilberto Triviños), Madrid, Visor, 1998.
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GROSSMAN, Edith, The Antipoetry of Nicanor Parra, Nueva York, NYU Press, 1975.
NOTAS
[1] Oxford ha distinguido a Parra en 2000 con el Honorary Fellow.
[2] - La antipoesía de Nicanor Parra rompe la solemnidad de Neruda y el cerrado universo creacionista de Huidobro. Muy influyente, situada hace tiempo en la cima de la poética hispana, la poesía de Nicanor Parra recibió en 2000 el premio Reina Sofía, el más alto galardón poético en nuestro idioma. Ahora es el turno del Premio Cervantes.
- Se cumplía así una vez más la ley no escrita que hace que cada año desde hace casi cuatro décadas el Cervantes se alterne entre una y otra orilla del Atlántico. Parra toma el testigo de Ana María Matute, ganadora de la pasada edición, y deja el 'marcador' bastante equilibrado. Desde su creación en 1976 el Cervantes ha premiado a 37 autores, de los que 18 son americanos y 19 españoles. Entre ellos, solo tres mujeres, María Zambrano, Dulce María Loynaz, y Ana María Matute.
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde comunicó el fallo y reconoció que no había podido hablar con el ganador, avecindado en una remota playa chilena y alejado por voluntad propia del bullicio urbano y los cenáculos literarios. Un Nicanor Parra que no atendió al teléfono y que, cercano a un siglo de vida, no hará el notable esfuerzo para cruzar el charco y acudir a recoger el premio el 23 de abril en la universidad de Alcalá de Henares, donde cada año los reyes entregan el galardón en una solemne ceremonia.
- La ministra Ángeles González-Sinde se felicitaba porque se premiara «en vida» a un gran poeta como Parra, destacando cómo a su juicio «la vocación de escribir poesía es más exigente que en otros géneros». Valoró Sinde la dedicación de Parra a «crear e investigar en nuevos lenguajes» y la conexión «entre el lenguaje poético y el matemático o el físico».
Junto a Margarita Salas estuvieron en el jurado Gerardo Piña-Rosales, por la Academia Norteamericana de la Lengua Española; José María Micó, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas; Olvido García Valdés, por el Instituto Cervantes; Rosa Regás, por el ministerio de Cultura; Francisco Giménez Alemán, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España; Marta Rojas, por la Federación Latinoamericana de Periodistas y Ruth Viviana Fine, por la Asociación Internacional de Hispanistas.
Actuó como secretario con voz y sin voto el director general de Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, y como secretaria de actas la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández.
[3] PARRA, Nicanor, Fragmentos del «Discurso del Bío Bío» (Discursos de sobremesa, 2006), escrito en enero de 1996, con motivo de la recepción del doctorado honoris causa de la Universidad de Concepción.
- El «discurso de sobremesa», vieja costumbre de club radical, es básicamente una cháchara, un cantinfleo lleno de frases hechas con que se arregla el mundo hablando mucho sin decir nada. Parra se apropia de esa forma y la adopta casi como un género literario, un subgénero antipoético que tiene como antecedente Sermones y prédicas del Cristo de Elqui.
- El primer discurso, titulado Mai mai peñi, fue escrito para la recepción del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en noviembre de 1991, en Guadalajara. La ocasión le da pie a Parra para hablar, por supuesto, de Juan Rulfo («Comparados con Rulfo/ Nuestros escritores parecen volantines de plomo»), de los premios literarios («Los premios son para los espíritus libres/ Y para los amigos del jurado// Chanfle/ No contaban con mi astucia») y de los discursos («El discurso ideal/ Es el que no dice nada/ Aunque parezca que lo dice todo»), lo que no quita que hable también de la poesía, de la cultura posterior a Auschwitz, del consumismo, de la liberación de la mujer, de los derechos humanos, del cristianismo y hasta de los bostezos y ronquidos que salen del auditorio: «Veo que se me están quedando dormidos/ Ésa es la idea».
– Uno de los discursos más notables del conjunto es sin duda Also sprach Altazor, escrito en 1993 y leído en Cartagena durante la celebración del centenario del nacimiento de Vicente Huidobro. Allí, Parra da una pormenorizada cuenta de la personalidad verdaderamente excepcional de Huidobro, subrayando sus excentricidades, su egolatría y sus torpezas, a la vez que sacándose el sombrero ante todas las cualidades que lo han convertido en uno de los autores fundamentales de la poesía chilena. Dice por ahí: «Cómo se explica/ Sr Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile/ Que no le den el Premio Nacional/ ¡So pretexto de que está muerto!/ Ojalá los amigos sepultureros/ estuvieran tan vivos como él».
[4] Ibid.
[5] Una primera versión de este Artículo fue publicado en el Sitio de la Biblioteca Virtual de Literatura / Satírica / Crítica. SEVILLA, ESPAÑA, Diciembre 2004. VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, «Nicanor Parra: antipoesía, parodias y lenguajes híbridos». (Homenaje con motivo de los 90 años del Anti-Poeta).
[6] VALENTE, Ignacio, Los Artefactos de Parra, en El Mercurio, Santiago, 27 de septiembre de 1970.
[7] PARRA, Nicanor, Versos de salón (1962), Editorial , Nascimento, Santiago, Chile.
[8] ORTEGA, Julio, Caja de Herramientas; Prácticas culturales para el nuevo siglo chileno, Ed. LOM, santiago, 2000, p.149.
[9] CARRASCO, Iván, Interdisciplinariedad, interculturalidad y canon en la poesía chilena e hispanoamericana actual, Estudios filológicos N. 37, Valdivia 2002, ISSN 0071-1713 versión impresa.
[10] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Joseph Beuys 'Cada hombre, un artista'; Los Documenta de Kassel o el Arte abandona la galería. En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, Nº 37 - diciembre de 2007 - Margen Cero, Revista fundadora de la Asociación de Revistas Digitales de España, ISSN 1695-4807.
[11] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La Antipoesía de Parra y el lenguaje del artefacto. En REVISTA ADAMAR, año 5, Nº 20, Sitio incluido en el Directorio mundial de literatura de la UNESCO.
[12] No consiste en un libro, sino en una caja con 242 tarjetas postales, por lo tanto ilustraciones relacionadas con los textos que vocean «epigramas», grafittis o para ser más exactos, «artefactos» como los denomina el poeta, que al ser interrogado sobre su sentido señala: «una palabrita bastante jodida», «una aproximación al grafitti», «un terremoto grado 13», «una agresión», «un juego». Todas las acepciones señaladas por Parra describen bastante bien el conjunto de sus artefactos, porque cada una de ellos es el límite mismo al que deriva el destinatario. Desde este punto de vista, el artefacto ya es un artículo de consumo, suntuario o no, que se dirige a un receptor anónimo, prosaico, ni adepto, ni adicto a la poesía, simplemente su usuario. Así, Artefactos golpea en el hígado de su lector, pues las costumbres de la sociedad, los hábitos políticos, las prácticas religiosas, reciben en esta obra un ataque despiadado.
[13] En ZUNIGA, P., El mundo de Nicanor Parra; Antibiografía, Ed. Zig – zag, Santiago, 1999, pp. 84 y 85.
[14] Juan Luis Martínez fue un poeta y artista visual que desde la imagen y la palabra cuestionó las prácticas creativas más tradicionales. Todas sus obras tienen elementos plásticos y literarios en convivencia, una cualidad que lo convierte en un artista precursor, especialmente influyente: un artista de culto.
Parte importante de sus objetos poéticos serán expuestos por primera vez en una galería de arte en Santiago. El jueves 18 de marzo, Departamento 21 inaugura Señales de Ruta, con prácticamente todos los trabajos realizados por Martínez que lo ligan a recursos de las vanguardias artísticas del siglo XX, como el collage y el arte objetual. Como excepción al funcionamiento habitual de la galería, esta muestra no tendrá fines comerciales sino sólo de exhibición; se trata de un evento en su homenaje que contempla asimismo la edición de su proyecto poético póstumo.
[15] Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La Deconstrucción de la noción de Autor; Alteridad e identidad en la poesía de Juan Luis Martínez. En Revista ADAMAR, Nº 28, diciembre de 2007, España. Revista de Poesía incluida en el Directorio mundial de Literatura de la UNESCO.
[2] - La antipoesía de Nicanor Parra rompe la solemnidad de Neruda y el cerrado universo creacionista de Huidobro. Muy influyente, situada hace tiempo en la cima de la poética hispana, la poesía de Nicanor Parra recibió en 2000 el premio Reina Sofía, el más alto galardón poético en nuestro idioma. Ahora es el turno del Premio Cervantes.
- Se cumplía así una vez más la ley no escrita que hace que cada año desde hace casi cuatro décadas el Cervantes se alterne entre una y otra orilla del Atlántico. Parra toma el testigo de Ana María Matute, ganadora de la pasada edición, y deja el 'marcador' bastante equilibrado. Desde su creación en 1976 el Cervantes ha premiado a 37 autores, de los que 18 son americanos y 19 españoles. Entre ellos, solo tres mujeres, María Zambrano, Dulce María Loynaz, y Ana María Matute.
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde comunicó el fallo y reconoció que no había podido hablar con el ganador, avecindado en una remota playa chilena y alejado por voluntad propia del bullicio urbano y los cenáculos literarios. Un Nicanor Parra que no atendió al teléfono y que, cercano a un siglo de vida, no hará el notable esfuerzo para cruzar el charco y acudir a recoger el premio el 23 de abril en la universidad de Alcalá de Henares, donde cada año los reyes entregan el galardón en una solemne ceremonia.
- La ministra Ángeles González-Sinde se felicitaba porque se premiara «en vida» a un gran poeta como Parra, destacando cómo a su juicio «la vocación de escribir poesía es más exigente que en otros géneros». Valoró Sinde la dedicación de Parra a «crear e investigar en nuevos lenguajes» y la conexión «entre el lenguaje poético y el matemático o el físico».
Junto a Margarita Salas estuvieron en el jurado Gerardo Piña-Rosales, por la Academia Norteamericana de la Lengua Española; José María Micó, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas; Olvido García Valdés, por el Instituto Cervantes; Rosa Regás, por el ministerio de Cultura; Francisco Giménez Alemán, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España; Marta Rojas, por la Federación Latinoamericana de Periodistas y Ruth Viviana Fine, por la Asociación Internacional de Hispanistas.
Actuó como secretario con voz y sin voto el director general de Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, y como secretaria de actas la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández.
[3] PARRA, Nicanor, Fragmentos del «Discurso del Bío Bío» (Discursos de sobremesa, 2006), escrito en enero de 1996, con motivo de la recepción del doctorado honoris causa de la Universidad de Concepción.
- El «discurso de sobremesa», vieja costumbre de club radical, es básicamente una cháchara, un cantinfleo lleno de frases hechas con que se arregla el mundo hablando mucho sin decir nada. Parra se apropia de esa forma y la adopta casi como un género literario, un subgénero antipoético que tiene como antecedente Sermones y prédicas del Cristo de Elqui.
- El primer discurso, titulado Mai mai peñi, fue escrito para la recepción del Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, en noviembre de 1991, en Guadalajara. La ocasión le da pie a Parra para hablar, por supuesto, de Juan Rulfo («Comparados con Rulfo/ Nuestros escritores parecen volantines de plomo»), de los premios literarios («Los premios son para los espíritus libres/ Y para los amigos del jurado// Chanfle/ No contaban con mi astucia») y de los discursos («El discurso ideal/ Es el que no dice nada/ Aunque parezca que lo dice todo»), lo que no quita que hable también de la poesía, de la cultura posterior a Auschwitz, del consumismo, de la liberación de la mujer, de los derechos humanos, del cristianismo y hasta de los bostezos y ronquidos que salen del auditorio: «Veo que se me están quedando dormidos/ Ésa es la idea».
– Uno de los discursos más notables del conjunto es sin duda Also sprach Altazor, escrito en 1993 y leído en Cartagena durante la celebración del centenario del nacimiento de Vicente Huidobro. Allí, Parra da una pormenorizada cuenta de la personalidad verdaderamente excepcional de Huidobro, subrayando sus excentricidades, su egolatría y sus torpezas, a la vez que sacándose el sombrero ante todas las cualidades que lo han convertido en uno de los autores fundamentales de la poesía chilena. Dice por ahí: «Cómo se explica/ Sr Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile/ Que no le den el Premio Nacional/ ¡So pretexto de que está muerto!/ Ojalá los amigos sepultureros/ estuvieran tan vivos como él».
[4] Ibid.
[5] Una primera versión de este Artículo fue publicado en el Sitio de la Biblioteca Virtual de Literatura / Satírica / Crítica. SEVILLA, ESPAÑA, Diciembre 2004. VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, «Nicanor Parra: antipoesía, parodias y lenguajes híbridos». (Homenaje con motivo de los 90 años del Anti-Poeta).
[6] VALENTE, Ignacio, Los Artefactos de Parra, en El Mercurio, Santiago, 27 de septiembre de 1970.
[7] PARRA, Nicanor, Versos de salón (1962), Editorial , Nascimento, Santiago, Chile.
[8] ORTEGA, Julio, Caja de Herramientas; Prácticas culturales para el nuevo siglo chileno, Ed. LOM, santiago, 2000, p.149.
[9] CARRASCO, Iván, Interdisciplinariedad, interculturalidad y canon en la poesía chilena e hispanoamericana actual, Estudios filológicos N. 37, Valdivia 2002, ISSN 0071-1713 versión impresa.
[10] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, Joseph Beuys 'Cada hombre, un artista'; Los Documenta de Kassel o el Arte abandona la galería. En Revista Almiar, MARGEN CERO, Madrid, Nº 37 - diciembre de 2007 - Margen Cero, Revista fundadora de la Asociación de Revistas Digitales de España, ISSN 1695-4807.
[11] VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La Antipoesía de Parra y el lenguaje del artefacto. En REVISTA ADAMAR, año 5, Nº 20, Sitio incluido en el Directorio mundial de literatura de la UNESCO.
[12] No consiste en un libro, sino en una caja con 242 tarjetas postales, por lo tanto ilustraciones relacionadas con los textos que vocean «epigramas», grafittis o para ser más exactos, «artefactos» como los denomina el poeta, que al ser interrogado sobre su sentido señala: «una palabrita bastante jodida», «una aproximación al grafitti», «un terremoto grado 13», «una agresión», «un juego». Todas las acepciones señaladas por Parra describen bastante bien el conjunto de sus artefactos, porque cada una de ellos es el límite mismo al que deriva el destinatario. Desde este punto de vista, el artefacto ya es un artículo de consumo, suntuario o no, que se dirige a un receptor anónimo, prosaico, ni adepto, ni adicto a la poesía, simplemente su usuario. Así, Artefactos golpea en el hígado de su lector, pues las costumbres de la sociedad, los hábitos políticos, las prácticas religiosas, reciben en esta obra un ataque despiadado.
[13] En ZUNIGA, P., El mundo de Nicanor Parra; Antibiografía, Ed. Zig – zag, Santiago, 1999, pp. 84 y 85.
[14] Juan Luis Martínez fue un poeta y artista visual que desde la imagen y la palabra cuestionó las prácticas creativas más tradicionales. Todas sus obras tienen elementos plásticos y literarios en convivencia, una cualidad que lo convierte en un artista precursor, especialmente influyente: un artista de culto.
Parte importante de sus objetos poéticos serán expuestos por primera vez en una galería de arte en Santiago. El jueves 18 de marzo, Departamento 21 inaugura Señales de Ruta, con prácticamente todos los trabajos realizados por Martínez que lo ligan a recursos de las vanguardias artísticas del siglo XX, como el collage y el arte objetual. Como excepción al funcionamiento habitual de la galería, esta muestra no tendrá fines comerciales sino sólo de exhibición; se trata de un evento en su homenaje que contempla asimismo la edición de su proyecto poético póstumo.
[15] Ver: VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, La Deconstrucción de la noción de Autor; Alteridad e identidad en la poesía de Juan Luis Martínez. En Revista ADAMAR, Nº 28, diciembre de 2007, España. Revista de Poesía incluida en el Directorio mundial de Literatura de la UNESCO.
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(Cabecera del artículo): By Giuliano Pastorelli from Conce, CL (julio
santiago) [CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)], vía Wikimedia Commons
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Nicanor Parra y sus Musas
Las musas de Parra
NICANOR PARRA 100 AÑOS DE ANTIPOEMAS, ARTEFACTOS DRAMÁTICOS Y DISCURSOS DE SOBREMESA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Por Paula Burchard
Parra creó la antipoesía hace cincuenta años. A diferencia de Neruda, sus versos no dan cuenta explícita de las mujeres que han inspirado su vida.
Por Marcela Escobar Q. Foto: Juan Eduardo López
Las puertas de la casa que Nicanor Parra tiene en Las Cruces están abiertas. La de la reja que da a la calle Lincoln y también la principal, ésa que alguien pintarrajeó de negro con la leyenda "antipoe-sía". Una mujer joven sale al paso, Nicanor no sabe de esta visita, pero la mujer promete averiguar si está dispuesto a recibir gente. El autor de El hombre imaginario parece cansado y luce una barba de varios días, pantalones de cotelé, zapatos claros, camisa, chaleco y una chaqueta de cuero que le queda grande. Camina sin prisa, sosteniendo entre sus manos una taza con té.
Cuando se entera de que el objetivo de esta visita es averiguar sobre sus musas, Nicanor se queda en silencio. "Tremendo tema", masculla de pronto, sin muchas ganas pero gentil. Dice que está cansado, que han sido días de festejos por su cumpleaños número 90, que no se siente bien. La respuesta para contrarrestar nuestra insistencia ya la tiene preparada.
Estoy entre paréntesis, especialmente en ese tema explica. Se pone firme y repite: Estoy entre paréntesis. Ésa es mi respuesta.
Nicanor Parra nunca ha hablado sobre las mujeres que inspiraron sus versos. Tampoco sobre aquellas con las que se casó, con las que tuvo hijos, con las que vivió intensos romances. A diferencia de Neruda, quien dedicó explícitamente obras completas a sus mujeres, Parra ha sido un poeta discreto. Un caballero sin memoria, entre paréntesis.
Hubo algunas, sin embargo, que dejaron huellas y por escrito. Los versos de Aromos, publicado en Canciones rusas, son para Inga Palme, la mujer de origen sueco con quien Parra se casó en 1951. En El obrero textil, "aquella joven inexplicable" sería Nury Tuca, su última esposa, la madre de sus hijos Juan de Dios y Colombina. Y esa mujer "imaginaria" que inspiró las líneas de El hombre imaginario también tendría nombre y apellido.
Ah, ella murió... lamenta Nicanor, en la puerta de su jardín. No quiere hablar más, al parecer. Sigue siendo ese personaje impenetrable que él ha construido, que no da entrevistas, que se ha acostumbrado a que lo traten como si fuera una estrella de rock. Parra no ha bebido una gota de té y, sin permitir avanzar un paso, dice adiós con la misma gentileza inicial. Estoy cansado, lo siento, han sido días muy duros.
El auto ya tomaba rumbo a Santiago cuando Nicanor hace una seña con la mano. "Espere", dice. "Tengo algo que puede servirle, justo cuando usted llegó estaba escribiendo un poema sobre ese tema".
Parra camina hacia el garaje, donde está estacionado el Escarabajo que todavía conduce en la costa, pero que, ni por nada, manejaría en Santiago. Allí tiene una mesa, una silla, un tinto sin descorchar, varios libros y unos cuantos cuadernos. Un espacio estrecho a modo de escritorio con una vista deslumbrante de la playa de Las Cruces. Las ventanas permiten que el sol entre a destajo.
Nicanor quiere mostrar su último texto. Por lo estrecho de su escritorio improvisado, invita a su casa y es en la terraza donde da lectura a La Sagrada Familia, que ha escrito en hojas blancas con su clásica caligrafía.
Se lo entrego sólo porque tengo la jeta caliente lanza Parra, entre risas. Estoy en el estado de ánimo de quien escribe un poema, si lo leo en una semana más lo boto al basurero.
Lo que rescató de la basura es, en sus palabras, "un poema de amor muy ambicioso, porque está en el núcleo del cristianismo. San José, la Virgen, Jesús...". El José de Parra es un padre platónico, al que sólo le basta con que le digan papá.
Eso dice el autor. El hablante lírico del poema, como dicen los críticos. A mí, que me registren. No-no-no, esta no es poesía confesional ni autobiográfica.
Pensando en el poema, ¿usted está más platónico, entonces?
Más platónico que aristotélico, ¿y qué otra cosa puede hacer un viejo?
Parra creó la antipoesía hace cincuenta años. A diferencia de Neruda, sus versos no dan cuenta explícita de las mujeres que han inspirado su vida.
Por Marcela Escobar Q. Foto: Juan Eduardo López
Las puertas de la casa que Nicanor Parra tiene en Las Cruces están abiertas. La de la reja que da a la calle Lincoln y también la principal, ésa que alguien pintarrajeó de negro con la leyenda "antipoe-sía". Una mujer joven sale al paso, Nicanor no sabe de esta visita, pero la mujer promete averiguar si está dispuesto a recibir gente. El autor de El hombre imaginario parece cansado y luce una barba de varios días, pantalones de cotelé, zapatos claros, camisa, chaleco y una chaqueta de cuero que le queda grande. Camina sin prisa, sosteniendo entre sus manos una taza con té.
Cuando se entera de que el objetivo de esta visita es averiguar sobre sus musas, Nicanor se queda en silencio. "Tremendo tema", masculla de pronto, sin muchas ganas pero gentil. Dice que está cansado, que han sido días de festejos por su cumpleaños número 90, que no se siente bien. La respuesta para contrarrestar nuestra insistencia ya la tiene preparada.
Estoy entre paréntesis, especialmente en ese tema explica. Se pone firme y repite: Estoy entre paréntesis. Ésa es mi respuesta.
Nicanor Parra nunca ha hablado sobre las mujeres que inspiraron sus versos. Tampoco sobre aquellas con las que se casó, con las que tuvo hijos, con las que vivió intensos romances. A diferencia de Neruda, quien dedicó explícitamente obras completas a sus mujeres, Parra ha sido un poeta discreto. Un caballero sin memoria, entre paréntesis.
Hubo algunas, sin embargo, que dejaron huellas y por escrito. Los versos de Aromos, publicado en Canciones rusas, son para Inga Palme, la mujer de origen sueco con quien Parra se casó en 1951. En El obrero textil, "aquella joven inexplicable" sería Nury Tuca, su última esposa, la madre de sus hijos Juan de Dios y Colombina. Y esa mujer "imaginaria" que inspiró las líneas de El hombre imaginario también tendría nombre y apellido.
Ah, ella murió... lamenta Nicanor, en la puerta de su jardín. No quiere hablar más, al parecer. Sigue siendo ese personaje impenetrable que él ha construido, que no da entrevistas, que se ha acostumbrado a que lo traten como si fuera una estrella de rock. Parra no ha bebido una gota de té y, sin permitir avanzar un paso, dice adiós con la misma gentileza inicial. Estoy cansado, lo siento, han sido días muy duros.
El auto ya tomaba rumbo a Santiago cuando Nicanor hace una seña con la mano. "Espere", dice. "Tengo algo que puede servirle, justo cuando usted llegó estaba escribiendo un poema sobre ese tema".
Parra camina hacia el garaje, donde está estacionado el Escarabajo que todavía conduce en la costa, pero que, ni por nada, manejaría en Santiago. Allí tiene una mesa, una silla, un tinto sin descorchar, varios libros y unos cuantos cuadernos. Un espacio estrecho a modo de escritorio con una vista deslumbrante de la playa de Las Cruces. Las ventanas permiten que el sol entre a destajo.
Nicanor quiere mostrar su último texto. Por lo estrecho de su escritorio improvisado, invita a su casa y es en la terraza donde da lectura a La Sagrada Familia, que ha escrito en hojas blancas con su clásica caligrafía.
Se lo entrego sólo porque tengo la jeta caliente lanza Parra, entre risas. Estoy en el estado de ánimo de quien escribe un poema, si lo leo en una semana más lo boto al basurero.
Lo que rescató de la basura es, en sus palabras, "un poema de amor muy ambicioso, porque está en el núcleo del cristianismo. San José, la Virgen, Jesús...". El José de Parra es un padre platónico, al que sólo le basta con que le digan papá.
Eso dice el autor. El hablante lírico del poema, como dicen los críticos. A mí, que me registren. No-no-no, esta no es poesía confesional ni autobiográfica.
Pensando en el poema, ¿usted está más platónico, entonces?
Más platónico que aristotélico, ¿y qué otra cosa puede hacer un viejo?
NICANOR PARRA - ANTIPOEMAS Por Adolfo Vasquez Rocca
EL ILUMINADO
Hace un año, en la casa que Nicanor tiene en La Reina, el poeta Francisco Véjar fue testigo de un episodio de este tenor. Amigo de Parra desde hace años, lo acompañaba cuando llegaron a visitarlo dos muchachas. Eran jóvenes, no mayores de 25 años, y "realmente coqueteaban con él", recuerda Véjar. "Ambas le dejaron el número de su teléfono celular, y después de que se fueron, Nicanor me dijo: 'Pancho, caramba, ellas me piden amor aristotélico, y yo lo único que les puedo ofrecer es amor platónico"'.
Los juegos de palabras se le dan bien a Nicanor. No por nada es quien es. El candidato al Nobel, el poeta del homenaje constante, el referente cultural de la izquierda y la derecha, el hombre que a los noventa años no pierde su atractivo. El escudo del amor platónico es algo que Parra ha mencionado antes, como la mejor manera de mantenerse a resguardo.
Sergio Badilla conoció a Parra en un encuentro de escritores en Viña del Mar, allá por 1967. En ese entonces, el joven poeta Badilla supo de las maneras con que Nicanor, a esas alturas un vate consagrado, conquistaba a las mujeres.
"Tenía un amor casi infantil, les mandaba recaditos", describe Badilla. Sigue: "Siempre hacía un poema cuando se enamoraba de una mujer. Estoy seguro de que debe haber repartido muchos, en diferentes encuentros. Así comenzaba, con una actitud casi ingenua, muy suave, casi romántica. Era capaz de hablar despacito, como iluminado".
Así era cuando Parra quería conquistar a una mujer. Luego de que conseguía la atención de su objetivo, Nicanor retrocedía. Se volvía misterioso, un galán poco común, nada de atrevido. Badilla explica esa estrategia: "Parra combina esa capacidad increíble que tiene no sólo en las letras, sino que también en lo científico. Es un hombre vinculado a la física superior, un hombre de laboratorio, de ensayo. Si combinamos estas dos vertientes, lo que sale es una mezcla de pólvora, un hombre impredecible. Un hombre imaginario, como dice él".
El recientemente fallecido Julio Ortiz de Zárate Burchard, compañero de Parra en el Instituto Pedagógico, le contó a su hija Beatriz de un primer amor al que el poeta cortejó con estas artes, las de la escritura. "Le escribió una carta de amor a Toya Cornejo, compañera de ambos en el Pedagógico", rememora Beatriz. "Fue un amor platónico, la cortejaba a través de las palabras. Entonces las niñas eran más difíciles que las de ahora. Mi papá decía que Nicanor se escondía y la miraba entre los árboles".
Toya Cornejo se encontró con Julio Ortiz de Zárate hace unos años. Según la hija de éste, la mujer todavía conserva la carta de Parra.
El primer tiempo en que Beatriz Ortiz de Zárate frecuentó a Parra fue en su infancia, cuando el poeta estaba casado con su primera esposa, Ana Troncoso. El matrimonio de la pareja había sido en 1940 y ya tenía a sus tres hijos, Catalina, Francisca y Alberto. Por entonces, Nicanor había ganado una beca para perfeccionarse en Oxford, en cosmología. Eran los años en que todavía ejercía una doble militancia: la poesía y la ciencia.
Para que su esposa no se quedara sola mientras él estaba en Inglaterra, Nicanor le pidió a Julio Ortiz de Zárate que se mudara, junto a su familia, a la casa donde vivían Anita y los niños. Beatriz tenía unos seis años. Dice que Anita era una mujer alegre y hermosa, morena de ojos rasgados, de pelo negro hasta la cintura y con "un cuerpo escultural". Beatriz no recuerda más de esos años pero supo después, por su padre, que cuando Nicanor regresó de Inglaterra, en 1951, estaba enamorado de otra mujer. La sueca Inga Palme.
"fui Viejo verde"
Son las doce y media del primer martes de septiembre. Nicanor Parra tiene noventa años y dos días y, desde su terraza, domina toda la playa. Ha cruzado el hall de acceso donde hay unas cuatro máquinas de escribir y una exhibición casera de sus famosos artefactos, que van cambiando de acuerdo con el azar y su estado de ánimo. Desde algún lugar saca su sombrero de lona verde. Es innecesario, porque la terraza está a resguardo del sol. Parra, sin embargo, no se lo quita.
A los mayores de cuarenta años creo que los llaman viejos verdes, ya... afirma Parra con tono inseguro.
¿Entonces fue viejo verde después de los 40?
Fui viejo verde porque no sabía que no había que serlo. Después aprendí la lección, con el Código de Manú, de los antiguos maestros hindúes que, según Nietzsche, son los que más saben del mundo.
Parra está sumergido en las enseñanzas del Código de Manú, como si aspirara a convertirse en un hombre superior o "sacerdote brahman", el individuo al cual apela el libro de los hindúes. La misma mujer que le avisó de esta visita ha traído más té; Parra continúa entusiasmado con la enumeración de las edades del hombre superior. Primero está el neófito o lector de las sagradas escrituras, recita. Luego, el galán o fundador de familia. Después, el anacoreta. Y finalmente, el asceta. "O mariposa resplandeciente", precisa Nicanor, abriendo los ojos, alzando el dedo índice y marcando la voz en las dos últimas sílabas, en una actitud similar a la de los profesores frente a sus alumnos.
Fíjese que el Código de Manú dice que cuando nace el primer nieto, o sea entre los 40 y los 50, lo correcto es que el hombre superior renuncie al mundo. Significa renunciar, en primer lugar, a la mujer; en segundo lugar, a la familia; tercero, a los bienes materiales y cuarto, renunciar a la fama, a la búsqueda de la fama.
Esa renuncia no debe ser fácil. A los 40, a los 50 años, un hombre es todavía parte del mundo.
Pero es lo correcto de acuerdo con los antiguos maestros hindúes. Yo lo único que puedo hacer es rendir cuenta de esas lecturas.
¿Sólo ha rendido cuenta de las lecturas o lo ha vivido así?
Eso lo vamos a conversar. Esta es una conversación y no es una entrevista. Yo estoy entre paréntesis. Déjeme completarle el Código de Manú.
Parra no contestará la pregunta.
ALTAS, RUBIAS, VISTOSAS
"Con la gente que le cae mal, Nicanor cierra las puertas", explica Francisco Véjar. Y precisa: "Es más complicado que las mujeres accedan a este círculo de amigos, porque siempre son un objeto romántico. Recuerdo que una vez lo fue a ver una amiga de su edad, y Nicanor estaba incómodo, no se relajaba".
Según Sergio Badilla, Parra prefiere las mujeres jóvenes, "de estrato social relativamente alto, intelectuales, vinculadas a las letras o al arte".
El mismo Nicanor, en una entrevista que le hizo el escritor José Donoso en 1960, reconoce que siempre le han gustado "las mujeres altas, rubias, muy vistosas". A propósito de Inga Palme, su segunda esposa, diría: "Inga me pareció la muchacha más hermosa que jamás había visto. Y me casé con ella en Londres. Yo soy una persona caótica sentimentalmente y, a pesar de eso, Inga siempre ha estado junto a mí y me ha apoyado. Es la persona con la que cuento en la vida, que me comprende y sabe perdonarme".
Beatriz Ortiz de Zárate tenía unos doce años cuando Nicanor Parra e Inga Palme visitaron la casa de sus padres. "Ella era una mujer rubia, muy amable, muy gentil y muy enamorada de Nicanor. Él también se veía enamorado de ella", recuerda Beatriz. Tiempo después, sus padres se encontrarían con Inga en el centro, sola, y ésta les habría confesado que Nicanor "hizo un viaje y ha traído a otra sueca, es terrible".
La "otra sueca" era Sun Axelsson, poeta de unos 23 años a quien Parra conoció en Estocolmo. Sun era la novia del poeta y traductor Lasse Söderberge, pero quedó encantada con Parra.
Sergio Badilla, quien vivió en Estocolmo muchos años, conoció la historia de boca de Sun Axelsson: "Nicanor ve a una morena de ojos azules y, como él siempre fue muy flir-
teador, comienza a agasajarla. Nicanor tendría unos 44 años, pero eso no importa. El poeta es siempre joven de alma".
Mientras está en Estocolmo, Nicanor se queda en la casa de Sun, en el barrio sur de Estocolmo. Luego viaja a Pekín y le trae
de regalo un rollo de seda negra, cruda,
de China. Sergio Badilla asegura que Sun Axelsson, hoy de unos 70 años, todavía conserva ese obsequio. Y que ella misma le ha dicho que los meses que vinieron después, en los que Nicanor se quedó en su casa, fueron "meses de felicidad".
En la entrevista que le hizo José Donoso, Parra explica su fascinación por las mujeres suecas: "Es como si el sexo no tuviera importancia para ellas y buscan el placer sin inhibiciones y, si es posible, sin amarras de orden sentimental. Es cierto que estoy hablando de un ambiente muy liberado, el mundo que corresponde a los 'beatniks', y a los 'angry young men', y me imagino que existirán allá, como en todas partes, ambientes con costumbres muy diferentes. Pero la libertad sexual de los países nórdicos es algo..., bueno, que no nos podemos imaginar en Chile. Yo, que no soy ningún santo, me sentía allá un verdadero mojigato".
Lo que vino después de la fascinación mutua entre Nicanor y Sun Axelsson fue confuso. El poeta regresó a Chile, junto a Inga, y al tiempo Sun decidió venir tras él. Sólo cuando llegó a Santiago se enteró de que Parra estaba casado. Sun Axelsson ha escrito libros contando su despecho. Ha dicho que Nicanor habló con su hermana Violeta para que se hiciera cargo, que la dejaba encerrada, que no quería que viera a nadie y que no le creyó cuando enfermó de tifus. En las continuas discusiones sobre el esquivo Nobel para Parra se ha hablado del daño que el despecho de Sun Axelsson ha causado en la campaña por el premio, y si bien la sueca ya declaró que perdonó a Nicanor, tiene a su haber tres libros en los que menciona su historia con el poeta.
"Sun no sólo va a escribir en contra de Nicanor", reconoce Sergio Badilla, "sino que lo ignora. Ella es la gran traductora del idioma español al sueco, y en una antología le publica un poemita y lo pone a la altura de poetas como los de mi generación, que por entonces no teníamos ni siquiera una obra hecha. Eso es ningunearlo".
Cuando Beatriz Ortiz de Zárate conoció a Sun, tenía unos diecisiete años. Era una joven estudiante de Bellas Artes. Le presentaron a la sueca el mismo día en que conoció a Enrique Lihn y Jorge Teillier, quien después sería su esposo. De Sun, recuerda: "Tenía cara de leona, con grandes ojos verdes. Proponía una gran libertad sexual".
Años después de la ruptura, Nicanor escribiría en Aromos: "Paseando hace años/ Por una calle de aromos en flor/ Supe por un amigo bien informado/ Que acababas de contraer matrimonio./ Contesté que por cierto/ Que yo nada tenía que ver en el asunto./ Pero a pesar de que nunca te amé/ Eso lo sabes tú mejor que nadie/ Cada vez que florecen los aromos/ Imagínate tú/ Siento la misma cosa que sentí/ Cuando me dispararon a boca de jarro/ La noticia bastante desoladora/ De que te habías casado con otro."
Ante su amigo Francisco Véjar, Nicanor Parra reconoció que estos versos escritos en 1967 eran para Inga Palme.
LA MUJER IMAGINARIA
Desde que se casó con el poeta Jorge Teillier, en 1963, Beatriz Ortiz de Zárate comenzó a frecuentar la casa que Nicanor Parra tenía en La Reina. Por entonces, Parra estaba casado con Rosita Muñoz, quien fue empleada del poeta. Tuvieron un hijo, Ricardo.
"Nicanor decía que Rosita tenía ojos de estrella, era su reina, él se enamoró de ella", dice Beatriz, quien llegó a conocer bastante a Rosita. "Era morena, de ojos muy lindos, muy aguda y muy brillante. Le tenía todo impecable a Nicanor; una dueña de casa espléndida, una anfitriona maravillosa que sabía callar. Tenía el mismo tipo de Anita Troncoso, como una de las bellezas pintadas por Gauguin".
No hay correspondencias explícitas entre Rosita Muñoz y la literatura parriana. Sí existen pistas de otra mujer de características físicas similares a Ana Troncoso y Rosa Muñoz. Se trata de Mónica Silva, una mujer citada textualmente en un verso de Parra.
Francisco Véjar supo de ella: "En uno de los dormitorios de su casa de La Reina hay una foto ampliada. Nicanor me dijo que era la verdadera Mónica Silva, y la suya correspondía a la belleza tradicional chilena. Me dijo: 'Para que te des cuenta, Pancho, Mónica Silva existió en la vida real, es ella'. No me habló mayores detalles".
Después de Rosita Muñoz, Nicanor volvió a enamorarse de una rubia muy joven, de ojos azulísimos. "Una mujer bellísima", le han dicho a Francisco Véjar. Ella fue Nury Tuca, la madre de los hijos más jóvenes de Nicanor Parra, Juan de Dios y Colombina.
"Fue un romance muy fuerte, nada de pasajero, pero también muy conflictivo", asegura Véjar. Y eso porque a Parra, según su amigo, le gustan no sólo las mujeres más bellas, sino que también "complicadas".
Francisco dice que a Nicanor le queda cierta nostalgia de sus amores inconclusos. No todos, sin embargo, han tenido la trascendencia del que sostuvo con Ana María Molinare, la mujer que inspiró los versos de El hombre imaginario.
Cristián Warnken aseguró que es "el mejor poema de amor y dolor en castellano". Que por esto merece el Nobel. En sus versos finales, se lee: "Y en las noches de luna imaginaria/ sueña con la mujer imaginaria/ que le brindó su amor imaginario/ vuelve a sentir ese mismo dolor/ el mismo placer imaginario/ y vuelve a palpitar/ el corazón del hombre imaginario".
En la visita que Francisco Véjar le hizo a Parra hace un mes, el poeta le confesó que estuvo enamorado de Ana María.
"Ana María Molinare era una mujer de carácter, como lo es también Nicanor", elucubra Véjar. Se conocieron a fines de los 70, ella estaba separada y tenía unos 34 años. Nicanor le doblaba la edad. Vivieron juntos un par de años y, por lo que cuenta una de sus amigas, la relación entre ambos fue "muy intensa y fuerte. Se trató de un amor apasionado, muy romántico para ella. Estaba fascinada con él, se sentía muy querida y él era un gran poeta. Por esos años ya había un grupo que lo postulaba al Nobel".
"Estaban en etapas distintas", agrega esta misma fuente, explicando por qué la relación no prosperó. Varios años después del término de su relación con Nicanor, Ana María murió en forma trágica, al caer de su departamento.
Es probable que después de ella haya habido otras mujeres. Francisco Véjar conoció a la última, con la que vivió al menos hasta 1996. Tres años antes, Véjar llegó a Las Cruces junto a Antonio Avaria y Jorge Teillier y les abrió la puerta una muchacha muy joven, que vestía short y polera. Les dijo que Nicanor dormía la siesta, que regresaran más tarde. "Se llamaba Andrea Lodeiro", recuerda Véjar. "Cuando volvimos, ella estaba vestida elegantísima y Nicanor había puesto tasas muy finas para servir el té. Todas las veces que la vi, ella estaba muy incorporada a la vida cotidiana de Nicanor Parra. Si necesitaba un libro ella sabía dónde estaba y se lo traía. Eran pareja, de andar tomados de la mano". Francisco coincidió nuevamente con ambos en el invierno de 1994, en un encuentro de escritores en Temuco. "Andaban juntos para todos lados y Nicanor estaba muy contento, muy orgulloso de presentarla".
Nicanor y Andrea se habrían separado después de 1996. Ese año fue el lanzamiento de Hojas de Parra, la última vez que Francisco Véjar los vio juntos. "Estuve muy cerca suyo en esa época y Nicanor quedó muy mal después de esa separación. Estuvo muy enamorado. Después de la Andrea y de ese desgarro vino el discurso del anacoreta, de quien se retira al bosque y renuncia".
Según el Código de Manú, el anacoreta se va solo y desnudo al bosque. Así lo explica el propio Parra, al menos. En la terraza de su casa de Las Cruces, sentado sobre una silla blanca, de plástico, Nicanor ha desmenuzado todos los pasos que debe seguir un hombre superior según el manual de vida de los hindúes. Al igual que el anacoreta, Parra está solo; no sabemos si es feliz. "A Nicanor le hizo falta una señora, una mujer que fuera su pareja en el mundo espiritual, emocional. Él no lo reconoce ni lo dice, pero siento que le hizo falta", había mencionado Francisco Véjar. Luego del discurso del anacoreta, esas palabras cobran sentido.
La pregunta sería la siguiente interpela Parra, como si fuera, de nuevo, un profesor dictando cátedra ¿A qué se va solo el anacoreta al bosque? Se va en pos de Brahma. Usted se preguntará quién es Brahma. Alma universal de la que fuimos mutilados contra la voluntad divina, por unos demonios disfrazados de dioses...
Nicanor hace una pausa y parece, por fin, fuera del embelesamiento que le provocan los preceptos orientales. Abandona el discurso de docente que ha sostenido por más de una hora, y confiesa:
Yo leí esto tardíamente. Llegué a Las Cruces como un anacoreta de 80 años. Hacía tiempo que tendría que haber sido asceta. En términos generales, salvo error u omisión, a mí me parece que esta es la cosmovisión más coherente en materia de sociabilidad... A propósito de qué llegamos a este punto, ¿se acuerda?
A propósito del amor platónico. El único del que ahora Parra se siente capaz.
EL ILUMINADO
Hace un año, en la casa que Nicanor tiene en La Reina, el poeta Francisco Véjar fue testigo de un episodio de este tenor. Amigo de Parra desde hace años, lo acompañaba cuando llegaron a visitarlo dos muchachas. Eran jóvenes, no mayores de 25 años, y "realmente coqueteaban con él", recuerda Véjar. "Ambas le dejaron el número de su teléfono celular, y después de que se fueron, Nicanor me dijo: 'Pancho, caramba, ellas me piden amor aristotélico, y yo lo único que les puedo ofrecer es amor platónico"'.
Los juegos de palabras se le dan bien a Nicanor. No por nada es quien es. El candidato al Nobel, el poeta del homenaje constante, el referente cultural de la izquierda y la derecha, el hombre que a los noventa años no pierde su atractivo. El escudo del amor platónico es algo que Parra ha mencionado antes, como la mejor manera de mantenerse a resguardo.
Sergio Badilla conoció a Parra en un encuentro de escritores en Viña del Mar, allá por 1967. En ese entonces, el joven poeta Badilla supo de las maneras con que Nicanor, a esas alturas un vate consagrado, conquistaba a las mujeres.
"Tenía un amor casi infantil, les mandaba recaditos", describe Badilla. Sigue: "Siempre hacía un poema cuando se enamoraba de una mujer. Estoy seguro de que debe haber repartido muchos, en diferentes encuentros. Así comenzaba, con una actitud casi ingenua, muy suave, casi romántica. Era capaz de hablar despacito, como iluminado".
Así era cuando Parra quería conquistar a una mujer. Luego de que conseguía la atención de su objetivo, Nicanor retrocedía. Se volvía misterioso, un galán poco común, nada de atrevido. Badilla explica esa estrategia: "Parra combina esa capacidad increíble que tiene no sólo en las letras, sino que también en lo científico. Es un hombre vinculado a la física superior, un hombre de laboratorio, de ensayo. Si combinamos estas dos vertientes, lo que sale es una mezcla de pólvora, un hombre impredecible. Un hombre imaginario, como dice él".
El recientemente fallecido Julio Ortiz de Zárate Burchard, compañero de Parra en el Instituto Pedagógico, le contó a su hija Beatriz de un primer amor al que el poeta cortejó con estas artes, las de la escritura. "Le escribió una carta de amor a Toya Cornejo, compañera de ambos en el Pedagógico", rememora Beatriz. "Fue un amor platónico, la cortejaba a través de las palabras. Entonces las niñas eran más difíciles que las de ahora. Mi papá decía que Nicanor se escondía y la miraba entre los árboles".
Toya Cornejo se encontró con Julio Ortiz de Zárate hace unos años. Según la hija de éste, la mujer todavía conserva la carta de Parra.
El primer tiempo en que Beatriz Ortiz de Zárate frecuentó a Parra fue en su infancia, cuando el poeta estaba casado con su primera esposa, Ana Troncoso. El matrimonio de la pareja había sido en 1940 y ya tenía a sus tres hijos, Catalina, Francisca y Alberto. Por entonces, Nicanor había ganado una beca para perfeccionarse en Oxford, en cosmología. Eran los años en que todavía ejercía una doble militancia: la poesía y la ciencia.
Para que su esposa no se quedara sola mientras él estaba en Inglaterra, Nicanor le pidió a Julio Ortiz de Zárate que se mudara, junto a su familia, a la casa donde vivían Anita y los niños. Beatriz tenía unos seis años. Dice que Anita era una mujer alegre y hermosa, morena de ojos rasgados, de pelo negro hasta la cintura y con "un cuerpo escultural". Beatriz no recuerda más de esos años pero supo después, por su padre, que cuando Nicanor regresó de Inglaterra, en 1951, estaba enamorado de otra mujer. La sueca Inga Palme.
"fui Viejo verde"
Son las doce y media del primer martes de septiembre. Nicanor Parra tiene noventa años y dos días y, desde su terraza, domina toda la playa. Ha cruzado el hall de acceso donde hay unas cuatro máquinas de escribir y una exhibición casera de sus famosos artefactos, que van cambiando de acuerdo con el azar y su estado de ánimo. Desde algún lugar saca su sombrero de lona verde. Es innecesario, porque la terraza está a resguardo del sol. Parra, sin embargo, no se lo quita.
A los mayores de cuarenta años creo que los llaman viejos verdes, ya... afirma Parra con tono inseguro.
¿Entonces fue viejo verde después de los 40?
Fui viejo verde porque no sabía que no había que serlo. Después aprendí la lección, con el Código de Manú, de los antiguos maestros hindúes que, según Nietzsche, son los que más saben del mundo.
Parra está sumergido en las enseñanzas del Código de Manú, como si aspirara a convertirse en un hombre superior o "sacerdote brahman", el individuo al cual apela el libro de los hindúes. La misma mujer que le avisó de esta visita ha traído más té; Parra continúa entusiasmado con la enumeración de las edades del hombre superior. Primero está el neófito o lector de las sagradas escrituras, recita. Luego, el galán o fundador de familia. Después, el anacoreta. Y finalmente, el asceta. "O mariposa resplandeciente", precisa Nicanor, abriendo los ojos, alzando el dedo índice y marcando la voz en las dos últimas sílabas, en una actitud similar a la de los profesores frente a sus alumnos.
Fíjese que el Código de Manú dice que cuando nace el primer nieto, o sea entre los 40 y los 50, lo correcto es que el hombre superior renuncie al mundo. Significa renunciar, en primer lugar, a la mujer; en segundo lugar, a la familia; tercero, a los bienes materiales y cuarto, renunciar a la fama, a la búsqueda de la fama.
Esa renuncia no debe ser fácil. A los 40, a los 50 años, un hombre es todavía parte del mundo.
Pero es lo correcto de acuerdo con los antiguos maestros hindúes. Yo lo único que puedo hacer es rendir cuenta de esas lecturas.
¿Sólo ha rendido cuenta de las lecturas o lo ha vivido así?
Eso lo vamos a conversar. Esta es una conversación y no es una entrevista. Yo estoy entre paréntesis. Déjeme completarle el Código de Manú.
Parra no contestará la pregunta.
ALTAS, RUBIAS, VISTOSAS
"Con la gente que le cae mal, Nicanor cierra las puertas", explica Francisco Véjar. Y precisa: "Es más complicado que las mujeres accedan a este círculo de amigos, porque siempre son un objeto romántico. Recuerdo que una vez lo fue a ver una amiga de su edad, y Nicanor estaba incómodo, no se relajaba".
Según Sergio Badilla, Parra prefiere las mujeres jóvenes, "de estrato social relativamente alto, intelectuales, vinculadas a las letras o al arte".
El mismo Nicanor, en una entrevista que le hizo el escritor José Donoso en 1960, reconoce que siempre le han gustado "las mujeres altas, rubias, muy vistosas". A propósito de Inga Palme, su segunda esposa, diría: "Inga me pareció la muchacha más hermosa que jamás había visto. Y me casé con ella en Londres. Yo soy una persona caótica sentimentalmente y, a pesar de eso, Inga siempre ha estado junto a mí y me ha apoyado. Es la persona con la que cuento en la vida, que me comprende y sabe perdonarme".
Beatriz Ortiz de Zárate tenía unos doce años cuando Nicanor Parra e Inga Palme visitaron la casa de sus padres. "Ella era una mujer rubia, muy amable, muy gentil y muy enamorada de Nicanor. Él también se veía enamorado de ella", recuerda Beatriz. Tiempo después, sus padres se encontrarían con Inga en el centro, sola, y ésta les habría confesado que Nicanor "hizo un viaje y ha traído a otra sueca, es terrible".
La "otra sueca" era Sun Axelsson, poeta de unos 23 años a quien Parra conoció en Estocolmo. Sun era la novia del poeta y traductor Lasse Söderberge, pero quedó encantada con Parra.
Sergio Badilla, quien vivió en Estocolmo muchos años, conoció la historia de boca de Sun Axelsson: "Nicanor ve a una morena de ojos azules y, como él siempre fue muy flir-
teador, comienza a agasajarla. Nicanor tendría unos 44 años, pero eso no importa. El poeta es siempre joven de alma".
Mientras está en Estocolmo, Nicanor se queda en la casa de Sun, en el barrio sur de Estocolmo. Luego viaja a Pekín y le trae
de regalo un rollo de seda negra, cruda,
de China. Sergio Badilla asegura que Sun Axelsson, hoy de unos 70 años, todavía conserva ese obsequio. Y que ella misma le ha dicho que los meses que vinieron después, en los que Nicanor se quedó en su casa, fueron "meses de felicidad".
En la entrevista que le hizo José Donoso, Parra explica su fascinación por las mujeres suecas: "Es como si el sexo no tuviera importancia para ellas y buscan el placer sin inhibiciones y, si es posible, sin amarras de orden sentimental. Es cierto que estoy hablando de un ambiente muy liberado, el mundo que corresponde a los 'beatniks', y a los 'angry young men', y me imagino que existirán allá, como en todas partes, ambientes con costumbres muy diferentes. Pero la libertad sexual de los países nórdicos es algo..., bueno, que no nos podemos imaginar en Chile. Yo, que no soy ningún santo, me sentía allá un verdadero mojigato".
Lo que vino después de la fascinación mutua entre Nicanor y Sun Axelsson fue confuso. El poeta regresó a Chile, junto a Inga, y al tiempo Sun decidió venir tras él. Sólo cuando llegó a Santiago se enteró de que Parra estaba casado. Sun Axelsson ha escrito libros contando su despecho. Ha dicho que Nicanor habló con su hermana Violeta para que se hiciera cargo, que la dejaba encerrada, que no quería que viera a nadie y que no le creyó cuando enfermó de tifus. En las continuas discusiones sobre el esquivo Nobel para Parra se ha hablado del daño que el despecho de Sun Axelsson ha causado en la campaña por el premio, y si bien la sueca ya declaró que perdonó a Nicanor, tiene a su haber tres libros en los que menciona su historia con el poeta.
"Sun no sólo va a escribir en contra de Nicanor", reconoce Sergio Badilla, "sino que lo ignora. Ella es la gran traductora del idioma español al sueco, y en una antología le publica un poemita y lo pone a la altura de poetas como los de mi generación, que por entonces no teníamos ni siquiera una obra hecha. Eso es ningunearlo".
Cuando Beatriz Ortiz de Zárate conoció a Sun, tenía unos diecisiete años. Era una joven estudiante de Bellas Artes. Le presentaron a la sueca el mismo día en que conoció a Enrique Lihn y Jorge Teillier, quien después sería su esposo. De Sun, recuerda: "Tenía cara de leona, con grandes ojos verdes. Proponía una gran libertad sexual".
Años después de la ruptura, Nicanor escribiría en Aromos: "Paseando hace años/ Por una calle de aromos en flor/ Supe por un amigo bien informado/ Que acababas de contraer matrimonio./ Contesté que por cierto/ Que yo nada tenía que ver en el asunto./ Pero a pesar de que nunca te amé/ Eso lo sabes tú mejor que nadie/ Cada vez que florecen los aromos/ Imagínate tú/ Siento la misma cosa que sentí/ Cuando me dispararon a boca de jarro/ La noticia bastante desoladora/ De que te habías casado con otro."
Ante su amigo Francisco Véjar, Nicanor Parra reconoció que estos versos escritos en 1967 eran para Inga Palme.
LA MUJER IMAGINARIA
Desde que se casó con el poeta Jorge Teillier, en 1963, Beatriz Ortiz de Zárate comenzó a frecuentar la casa que Nicanor Parra tenía en La Reina. Por entonces, Parra estaba casado con Rosita Muñoz, quien fue empleada del poeta. Tuvieron un hijo, Ricardo.
"Nicanor decía que Rosita tenía ojos de estrella, era su reina, él se enamoró de ella", dice Beatriz, quien llegó a conocer bastante a Rosita. "Era morena, de ojos muy lindos, muy aguda y muy brillante. Le tenía todo impecable a Nicanor; una dueña de casa espléndida, una anfitriona maravillosa que sabía callar. Tenía el mismo tipo de Anita Troncoso, como una de las bellezas pintadas por Gauguin".
No hay correspondencias explícitas entre Rosita Muñoz y la literatura parriana. Sí existen pistas de otra mujer de características físicas similares a Ana Troncoso y Rosa Muñoz. Se trata de Mónica Silva, una mujer citada textualmente en un verso de Parra.
Francisco Véjar supo de ella: "En uno de los dormitorios de su casa de La Reina hay una foto ampliada. Nicanor me dijo que era la verdadera Mónica Silva, y la suya correspondía a la belleza tradicional chilena. Me dijo: 'Para que te des cuenta, Pancho, Mónica Silva existió en la vida real, es ella'. No me habló mayores detalles".
Después de Rosita Muñoz, Nicanor volvió a enamorarse de una rubia muy joven, de ojos azulísimos. "Una mujer bellísima", le han dicho a Francisco Véjar. Ella fue Nury Tuca, la madre de los hijos más jóvenes de Nicanor Parra, Juan de Dios y Colombina.
"Fue un romance muy fuerte, nada de pasajero, pero también muy conflictivo", asegura Véjar. Y eso porque a Parra, según su amigo, le gustan no sólo las mujeres más bellas, sino que también "complicadas".
Francisco dice que a Nicanor le queda cierta nostalgia de sus amores inconclusos. No todos, sin embargo, han tenido la trascendencia del que sostuvo con Ana María Molinare, la mujer que inspiró los versos de El hombre imaginario.
Cristián Warnken aseguró que es "el mejor poema de amor y dolor en castellano". Que por esto merece el Nobel. En sus versos finales, se lee: "Y en las noches de luna imaginaria/ sueña con la mujer imaginaria/ que le brindó su amor imaginario/ vuelve a sentir ese mismo dolor/ el mismo placer imaginario/ y vuelve a palpitar/ el corazón del hombre imaginario".
En la visita que Francisco Véjar le hizo a Parra hace un mes, el poeta le confesó que estuvo enamorado de Ana María.
"Ana María Molinare era una mujer de carácter, como lo es también Nicanor", elucubra Véjar. Se conocieron a fines de los 70, ella estaba separada y tenía unos 34 años. Nicanor le doblaba la edad. Vivieron juntos un par de años y, por lo que cuenta una de sus amigas, la relación entre ambos fue "muy intensa y fuerte. Se trató de un amor apasionado, muy romántico para ella. Estaba fascinada con él, se sentía muy querida y él era un gran poeta. Por esos años ya había un grupo que lo postulaba al Nobel".
"Estaban en etapas distintas", agrega esta misma fuente, explicando por qué la relación no prosperó. Varios años después del término de su relación con Nicanor, Ana María murió en forma trágica, al caer de su departamento.
Es probable que después de ella haya habido otras mujeres. Francisco Véjar conoció a la última, con la que vivió al menos hasta 1996. Tres años antes, Véjar llegó a Las Cruces junto a Antonio Avaria y Jorge Teillier y les abrió la puerta una muchacha muy joven, que vestía short y polera. Les dijo que Nicanor dormía la siesta, que regresaran más tarde. "Se llamaba Andrea Lodeiro", recuerda Véjar. "Cuando volvimos, ella estaba vestida elegantísima y Nicanor había puesto tasas muy finas para servir el té. Todas las veces que la vi, ella estaba muy incorporada a la vida cotidiana de Nicanor Parra. Si necesitaba un libro ella sabía dónde estaba y se lo traía. Eran pareja, de andar tomados de la mano". Francisco coincidió nuevamente con ambos en el invierno de 1994, en un encuentro de escritores en Temuco. "Andaban juntos para todos lados y Nicanor estaba muy contento, muy orgulloso de presentarla".
Nicanor y Andrea se habrían separado después de 1996. Ese año fue el lanzamiento de Hojas de Parra, la última vez que Francisco Véjar los vio juntos. "Estuve muy cerca suyo en esa época y Nicanor quedó muy mal después de esa separación. Estuvo muy enamorado. Después de la Andrea y de ese desgarro vino el discurso del anacoreta, de quien se retira al bosque y renuncia".
Según el Código de Manú, el anacoreta se va solo y desnudo al bosque. Así lo explica el propio Parra, al menos. En la terraza de su casa de Las Cruces, sentado sobre una silla blanca, de plástico, Nicanor ha desmenuzado todos los pasos que debe seguir un hombre superior según el manual de vida de los hindúes. Al igual que el anacoreta, Parra está solo; no sabemos si es feliz. "A Nicanor le hizo falta una señora, una mujer que fuera su pareja en el mundo espiritual, emocional. Él no lo reconoce ni lo dice, pero siento que le hizo falta", había mencionado Francisco Véjar. Luego del discurso del anacoreta, esas palabras cobran sentido.
La pregunta sería la siguiente interpela Parra, como si fuera, de nuevo, un profesor dictando cátedra ¿A qué se va solo el anacoreta al bosque? Se va en pos de Brahma. Usted se preguntará quién es Brahma. Alma universal de la que fuimos mutilados contra la voluntad divina, por unos demonios disfrazados de dioses...
Nicanor hace una pausa y parece, por fin, fuera del embelesamiento que le provocan los preceptos orientales. Abandona el discurso de docente que ha sostenido por más de una hora, y confiesa:
Yo leí esto tardíamente. Llegué a Las Cruces como un anacoreta de 80 años. Hacía tiempo que tendría que haber sido asceta. En términos generales, salvo error u omisión, a mí me parece que esta es la cosmovisión más coherente en materia de sociabilidad... A propósito de qué llegamos a este punto, ¿se acuerda?
A propósito del amor platónico. El único del que ahora Parra se siente capaz.
NICANOR PARRA 100 AÑOS DE ANTIPOEMAS, ARTEFACTOS DRAMÁTICOS Y DISCURSOS DE SOBREMESA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
NICANOR PARRA - ARTEFACTOS Por Adolfo Vasquez Rocca
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Ha vivido el doble. En 2014 cumplirá 100 años, y entonces deberíamos celebrar su bicentenario. Aquí mostramos sus calculados desparpajos, su relación con Dios y sus insoportables dolores de corazón.
Su
cabeza tiene un enredo de padre y señor mío en materia de religión. Eso
piensan muchos. Ha usado toda su batería burlona con símbolos centrales
del Cristianismo. Veamos:
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Hazme el favor de decirme la hora.
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Dame tu lana para hacerme un sweater.
Hazme el favor de decirme la hora.
Cordero de dios que lavas los pecados del mundo
Dame tu lana para hacerme un sweater.
Usa el
sarcasmo en casi todo, pero él se hace a un lado: “Lo que cuenta en el
poema es el hablante lírico, con el cual trabajo. A él hay que cargarle
los dados; él responde de la coherencia o incoherencia del texto
poético. No yo”.
Pero ¿hay “religiosidad oculta” en la antipoesía, como afirmara el crítico literario Ibáñez Langlois, del Opus Dei, que en los ’70 le hizo elogios consagratorios? Tal vez. Estaría en el inconsciente. ¿Por qué llamó Juan de Dios a su último hijo? El mismo Ibáñez cuando el año pasado se le otorgara el ‘Premio Cervantes’, pareció decir que es un gran poeta, y punto, porque interrogado sobre “cuáles son las ideas de Parra”, respondió: “No es un hombre de ideas. El mismo, muchas veces lo ha reconocido. No tiene nada parecido a una concepción del mundo. Es de lectura dispersa y caótica. Ha buscado algún sustento a sus ideas a posteriori para tener algo, como con la ecología. Definitivamente, Parra no va a quedar por sus ideas. En su poesía se encuentra de todo. Un tiempo le dio con el Lejano Oriente y el taoísmo”.
Pero ¿hay “religiosidad oculta” en la antipoesía, como afirmara el crítico literario Ibáñez Langlois, del Opus Dei, que en los ’70 le hizo elogios consagratorios? Tal vez. Estaría en el inconsciente. ¿Por qué llamó Juan de Dios a su último hijo? El mismo Ibáñez cuando el año pasado se le otorgara el ‘Premio Cervantes’, pareció decir que es un gran poeta, y punto, porque interrogado sobre “cuáles son las ideas de Parra”, respondió: “No es un hombre de ideas. El mismo, muchas veces lo ha reconocido. No tiene nada parecido a una concepción del mundo. Es de lectura dispersa y caótica. Ha buscado algún sustento a sus ideas a posteriori para tener algo, como con la ecología. Definitivamente, Parra no va a quedar por sus ideas. En su poesía se encuentra de todo. Un tiempo le dio con el Lejano Oriente y el taoísmo”.
La
verdad es que nunca ha abandonado el taoísmo, y es donde se expresa
quizá su religiosidad más obvia. Hasta viste como si fuera un monje
ermitaño casi indigente. Al enfrentar un dolor extremo, que le hizo
pensar en el suicidio, se refugió, desesperado, en el Tao Te King,
núcleo de la filosofía y religión taoístas, base de la vida espiritual
china. A Parra no se le conoce texto alguno en que el taoísmo sirva para
hacer reír a nadie. Luce fervoroso, respetuoso. Como un brahmán bebe
con fervor del hinduista ‘Código de Manú’. En el orientalismo sacia su
sed de eternidad. A ratos, cabreado, cede al mal humor:
Todo lo que tenía que decir
Ha sido dicho no sé cuántas veces.
He preguntado no sé cuántas veces
Pero nadie contesta mis preguntas.
Es absolutamente necesario
Que el abismo responda de una vez
Porque ya va quedando poco tiempo.
Sólo una cosa es clara
Que la carne se llena de gusanos.
Todo lo que tenía que decir
Ha sido dicho no sé cuántas veces.
He preguntado no sé cuántas veces
Pero nadie contesta mis preguntas.
Es absolutamente necesario
Que el abismo responda de una vez
Porque ya va quedando poco tiempo.
Sólo una cosa es clara
Que la carne se llena de gusanos.
A su más
empecinado intérprete, César Cuadra, que obtuvo un doctorado europeo
con el mismo tema, y que acaba de lanzar otro libro sobre su antipoesía,
le preguntamos si ha encontrado la fe religiosa en esos textos. “No.
Con Parra, Dios sólo opera como en la ciencia, es una función”. Y ya que
el poeta dedicara sus Obras Completas a Dios, “exista o no exista”, le
decimos que podría no ser creyente ni ateo, pero sí un agnóstico, ese
que no afirma ni niega. No cuadra piensa Cuadra.
Retando a la muerte
Sobre el
tema del morir, también hace honor a lo que dijo Enrique Lihn sobre la
antipoesía: “Es más enredada que una oreja”. A pesar de su éxito en la
vida, de ser un gozador en casi todas las expresiones posibles del
placer, sus experiencias de casi 100 años parecieran acercarlo más a
otra vida… ¡Y sin aspiraciones de resurrección! En su Anti-Lázaro le
habla a un cadáver imaginario con ganas de resucitar, que puede ser él:
Mala memoria viejo ¡mala memoria!
tu corazón era un montón de escombros
—estoy citando tus propios escritos—
y de tu alma no quedaba nada
a qué volver entonces al infierno de Dante
¿para que se repita la comedia?
qué divina comedia ni qué 8/4
voladores de luces—espejismos
cebo para cazar lauchas golosas
ese sí que sería disparate
eres feliz cadáver eres feliz
en tu sepulcro no te falta nada
ríete de los peces de colores (…)
tu corazón era un montón de escombros
—estoy citando tus propios escritos—
y de tu alma no quedaba nada
a qué volver entonces al infierno de Dante
¿para que se repita la comedia?
qué divina comedia ni qué 8/4
voladores de luces—espejismos
cebo para cazar lauchas golosas
ese sí que sería disparate
eres feliz cadáver eres feliz
en tu sepulcro no te falta nada
ríete de los peces de colores (…)
El
“hábito colectivo” de morir es tema siempre agarrado a su pluma. Y no
sólo porque se sintió tentado a tomar el mismo rumbo de su hermana
Violeta, que por dolores de amor decidiera renunciar al mundo. No es
fácil saber por qué escribió el texto más desafiante, rudo y mal hablado
que se conoce sobre la temida parca. Parra prefiere guardar silencio,
se lava las manos. Cede la palabra a su “hablante lírico”. Mire cómo
dialoga con la muerte:
A la casa del poeta
llega la muerte borracha
ábreme viejo que ando
buscando una oveja guacha
Estoy enfermo—después
perdóname vieja lacha
Ábreme viejo cabrón
¿o vai a mohtrar l’hilacha?
por muy enfermo quehtí
teníh quiafilame I’hacha
Déjame morir tranquilo
te digo vieja vizcacha…
llega la muerte borracha
ábreme viejo que ando
buscando una oveja guacha
Estoy enfermo—después
perdóname vieja lacha
Ábreme viejo cabrón
¿o vai a mohtrar l’hilacha?
por muy enfermo quehtí
teníh quiafilame I’hacha
Déjame morir tranquilo
te digo vieja vizcacha…
Quienes
han estado con él últimamente —como su amigo el cronista, fotógrafo y
gestor cultural Martín Huerta— se admiran de la memoria implacable, de
su intacta lucidez. Pero él, hace 12 años le decía a Marcelo Simonetti:
“A veces me vienen lagunas y me pregunto qué estoy haciendo aquí”.
Acarrea
desde muchos años problemas de asma y, ahora último, de vértigos. A su
espalda le atormenta el lumbago, por lo cual usa un burrito para
caminar, nos cuenta César Cuadra. Lincoyán Parada, que comenzó a
fotografiarlo hace 40 años, lo encontró hace poco en su casa de Las
Cruces leyendo sin anteojos, lleno de ánimo y vestido, como hace mucho
tiempo, con ropa de segunda mano. Más viejo, claro. “Cómo nos cambia la
vida, don Nicanor”, le dijo. “¡Escoba!”, le respondió sin titubear.
Antes de su partida a China, invitado a exponer sus fotos del mundo
mapuche, hablamos con Parada sobre sus últimos encuentros con Nicanor.
Ha estado dos veces este año con él, a solas, en su casa, con la
intención de fotografiarle junto a su clan. Quiere agregar esas fotos a
su historia gráfica de Parra, donde ya están su madre, abuela, hermanos,
algunos de sus grandes amores.
—¿Cómo le ha ido?
—Le
cuesta aceptar. Tal vez no quiere mostrarse como un hermoso viejo
recluido en su plaza fuerte de Las Cruces. En mi segunda visita no
estaba de buena. Al poco rato, tal vez para no hablar de mi proyecto, me
dijo: “Yo doy entrevistas de sólo cinco minutos”. Resignado le propuse:
“Aunque sea una sola foto, don Nicanor, rapidita”. Miré de reojo mi
cámara… Sólo faltaba un sí. “¡Se terminan los cinco minutos!”, anunció.
“Le quedan 10 segundos. Tome una si es tan pillo”, me dijo el viejo
zorro llevando sus manos a la cara, truco que viene usando hace años. En
un treintavo de segundo estiro el brazo, y sale un clic, un manotazo de
ahogado. No alcanza a taparse la cara. Mi última foto suya es la
historia de esa fracción de segundo.
La calidad de esa imagen, que vemos en estas páginas, no hace honor al poeta ni al fotógrafo. Pero es el testimonio de que al acercarse a los 100 años Nicanor Parra conserva intacta su capacidad para jugar.
La calidad de esa imagen, que vemos en estas páginas, no hace honor al poeta ni al fotógrafo. Pero es el testimonio de que al acercarse a los 100 años Nicanor Parra conserva intacta su capacidad para jugar.
Se me olvidó que me olvidé
El más temido crítico chileno del siglo XX, Alone,
ya aplaudía a un juvenil Parra, “el más pujante y sonriente, floral y
festivo de los poetas nuevos… impetuoso, divertido, soñador de pronto y
lejano, imprevisible, inagotable, familiar, exquisito… extraordinario… a
cuyo lado los demás se disuelven o huyen, graves, mínimos, inmóviles…”.
Todo lo que Alone vio lo han visto sus mujeres, ¡una muchedumbre!, casi todas sin rostro ni rastro. Hay algunas excepciones, empezando por las tres madres de sus seis hijos. Una es Nuri Tuca, de quien nacieron los menores: Juan de Dios y la músico Colombina, madre de Cristóbal Ugarte, que hace un año representó a Parra en la entrega del Premio Cervantes ante los príncipes de Asturias.
Nuri —que ha sido descrita por Parra como “joven inexplicable”— nos dijo:
—Por mis hijos principalmente, me siento la más importante de las mujeres con que Nicanor estuvo casado. También porque fueron unos diez años de matrimonio, desde 1969, con muchas cosas buenas, especialmente mientras vivimos en Estados Unidos. Hubo otras no tan buenas, como es natural. Fue intenso.
Muy importante fue también su mujer de los 26 años, Ana Troncoso. Tuvieron tres hijos y una relación que duró hasta que el poeta, casado en Chile con ella, volvió de Oxford… casado con la sueca Inga Palmer. Liberal y paciente, la nórdica no le dejaría hijos. “Me pareció la muchacha más hermosa que jamás había visto”, dijo Parra. El matrimonio sobrevivió casi una década, a pesar de la autoconfesada “inestabilidad sentimental” de Parra. Un episodio duro fue la irrupción de otra sueca, la poetisa adolescente Sun Axelsson, amiga del secretario de la Academia Sueca hasta que conoció al antipoeta. Ella hizo que los arrebatos amatorios de Parra pasaran de la pasión al más amenazado período de su vida. Tanto, que le dedica su texto La víbora (otros creen que fue a Stella Díaz Varín, poetisa con la cual tuvo otro episodio amoroso complicado). Muchos aseguran que Axelsson, por sus escritos y conexiones con la Academia, ha contribuido a cerrarle el camino al Nobel.
Todo lo que Alone vio lo han visto sus mujeres, ¡una muchedumbre!, casi todas sin rostro ni rastro. Hay algunas excepciones, empezando por las tres madres de sus seis hijos. Una es Nuri Tuca, de quien nacieron los menores: Juan de Dios y la músico Colombina, madre de Cristóbal Ugarte, que hace un año representó a Parra en la entrega del Premio Cervantes ante los príncipes de Asturias.
Nuri —que ha sido descrita por Parra como “joven inexplicable”— nos dijo:
—Por mis hijos principalmente, me siento la más importante de las mujeres con que Nicanor estuvo casado. También porque fueron unos diez años de matrimonio, desde 1969, con muchas cosas buenas, especialmente mientras vivimos en Estados Unidos. Hubo otras no tan buenas, como es natural. Fue intenso.
Muy importante fue también su mujer de los 26 años, Ana Troncoso. Tuvieron tres hijos y una relación que duró hasta que el poeta, casado en Chile con ella, volvió de Oxford… casado con la sueca Inga Palmer. Liberal y paciente, la nórdica no le dejaría hijos. “Me pareció la muchacha más hermosa que jamás había visto”, dijo Parra. El matrimonio sobrevivió casi una década, a pesar de la autoconfesada “inestabilidad sentimental” de Parra. Un episodio duro fue la irrupción de otra sueca, la poetisa adolescente Sun Axelsson, amiga del secretario de la Academia Sueca hasta que conoció al antipoeta. Ella hizo que los arrebatos amatorios de Parra pasaran de la pasión al más amenazado período de su vida. Tanto, que le dedica su texto La víbora (otros creen que fue a Stella Díaz Varín, poetisa con la cual tuvo otro episodio amoroso complicado). Muchos aseguran que Axelsson, por sus escritos y conexiones con la Academia, ha contribuido a cerrarle el camino al Nobel.
En los
’60, Rosa Muñoz, una joven morena, linda, con poca formación, llegó a su
casa en plan de trabajo, y terminó siendo la madre de su cuarto hijo,
Ricardo Nicanor, el Chamaco.
Pero ninguna de las anteriores ha permanecido por tanto tiempo en el amor y recuerdo de Parra como una joven de 32 años que fue su pareja por sólo dos meses. Separada o en crisis matrimonial, Ana María Molinare Vergara, egresada del Santa Ursula, “era lo que yo soñaba y que a los 64 años creía haber encontrado”, le dijo al profesor de Literatura Chilena Leonidas Morales Toro, en el libro Conversaciones con Nicanor Parra. Le confesó algo más, sobre el dolor al ser abandonado: “Yo debería haber hecho lo que ella hizo. Se suicidó. No por mí, y no en ese tiempo, sino años más tarde. Sobreviví gracias al taoísmo”.
Pero ninguna de las anteriores ha permanecido por tanto tiempo en el amor y recuerdo de Parra como una joven de 32 años que fue su pareja por sólo dos meses. Separada o en crisis matrimonial, Ana María Molinare Vergara, egresada del Santa Ursula, “era lo que yo soñaba y que a los 64 años creía haber encontrado”, le dijo al profesor de Literatura Chilena Leonidas Morales Toro, en el libro Conversaciones con Nicanor Parra. Le confesó algo más, sobre el dolor al ser abandonado: “Yo debería haber hecho lo que ella hizo. Se suicidó. No por mí, y no en ese tiempo, sino años más tarde. Sobreviví gracias al taoísmo”.
Han pasado ya tres décadas. Y algunas
semanas atrás, cuando Parada lo visitó, el poeta le pidió rescatar una
foto de ella. Es que el tiempo suele no curar nada. El poeta se quejó
hace 12 años. “¿Puede creer que haya pasado tanto tiempo y todo haya
sido siempre igual?”. Como en el álbum Lágrimas negras, podría cantar
“se me olvidó que me olvidé”.
La belleza, gracia y figura elegante de Ana María Molinare son recordadas por Nuri Tuca, la mujer de Parra hasta poco antes de ese encuentro:
La belleza, gracia y figura elegante de Ana María Molinare son recordadas por Nuri Tuca, la mujer de Parra hasta poco antes de ese encuentro:
—Creo que, después de mí, es la más importante de su vida. Después de terminar con Nicanor estuvo un tiempo largo fuera de Chile, y volvió muy inestable por algo que nunca supe. Era el anuncio de su fin.
Este amor inspiró a Parra un texto que suena como un mantra invocando a la divinidad: El hombre imaginario. “Lo escribí con una pistola sobre el escritorio. Era eso o el suicidio”, dijo más tarde. Cristián Warnken lo considera “el más hermoso poema de amor y dolor escrito en castellano”. Por decisión de Parra fue leído ante los príncipes de Asturias. Sin embargo, nadie del entorno de Ana María parece dispuesto a hablar de esta musa tan importante. Una de sus hermanas, Catalina, ex Miss Maja Chile 1971, que vivía en Madrid por esos años, asegura no saber nada. “Mis hermanos tampoco dirán más. Para la familia no es tema”, agrega.
Los
dolores por Ana María no impidieron que más tarde Parra viviera otro
gran amor con una linda jovencita llamada Andrea Lodeiro. Con ella
inició una intensa relación cuando tenía 78 años, que duró hasta después
de los 82. Ahora, ella, experta en temas de inteligencia, se
desenvuelve en un medio militar-académico, y prefiere que su nombre no
sea conocido por esa relación con Parra, a quien llama “el Nicanor”.
—Prefiero no hablar. Creo que el Nicanor merece todo el respeto del mundo y es el hombre más importante en mi vida. Le puede incomodar cualquier cosa que diga. Lo privado es nuestro, ¿por qué debería estar en una revista?
—Prefiero no hablar. Creo que el Nicanor merece todo el respeto del mundo y es el hombre más importante en mi vida. Le puede incomodar cualquier cosa que diga. Lo privado es nuestro, ¿por qué debería estar en una revista?
—¡Pero
si ya está!, y existen versiones contradictorias. ¿No será mejor que lo
esencial se conozca por boca suya? ¿Por qué el misterio?
Porque no sólo lo amé, sino que sigue siendo, después de 15 años, el hombre más potente que he tenido a mi lado.
—Porque
no sólo lo amé, sino que sigue siendo, después de 15 años, el hombre más
potente que he tenido a mi lado y preferiría mantenerme al margen de
cualquier análisis. No es cómodo. Lo he vivido en carne propia, pues
cada vez que el Nicanor me menciona, no me gusta. Sé lo que se siente.
—¿Está molesta con él?
—¡No! Somos muy amigos… Hablamos por teléfono a veces; también a veces lo voy a ver.
—¿Está molesta con él?
—¡No! Somos muy amigos… Hablamos por teléfono a veces; también a veces lo voy a ver.
—¿La relación le dejó un buen recuerdo?
—El mejor de todos. Es un hombre fundamental en mi vida. Diría que mi lealtad y mi cariño se mantienen casi intactos. Después de mis dos hijos, no existe otra persona tan importante para mí.
—El mejor de todos. Es un hombre fundamental en mi vida. Diría que mi lealtad y mi cariño se mantienen casi intactos. Después de mis dos hijos, no existe otra persona tan importante para mí.
—¿Cuándo y cómo lo conoció?
—A ver… en 1989. Llegó a dar una charla al Liceo Fleming, de Las Condes, donde yo estudiaba. Fui a saludarlo. Le tenía mucha admiración. Y le pregunté si lo podía ir a ver. Lo visitaba de vez en cuando, para consultarle cosas. Nuestra vida en común se inició sólo en 1992 y concluyó casi en 1997. Fue un lento proceso. Te empiezas a dar cuenta que resulta muy importante para tu vida, se hace inevitable estar juntos.
—Tenía usted unos 20 años y él 78. ¿Le pareció una edad adecuada para esa relación?
—Vivo sin ponerle nombre a las cosas. No medí las consecuencias. ¡Y qué importa! Nació en forma natural y es muy-muy importante para mí.
—Natural. Resulta fácil imaginar a una adolescente encandilada con alguien que para miles de jóvenes es casi una estrella de rock.
—No es así. El Nicanor de mi vida no es el personaje, es el hombre. Nunca me relacioné con “el personaje”. Lo admiro y lo admiré siempre, pero siento mucho pudor cuando pienso que alguien crea que me acerqué a él para que me diera buena sombra. Luego de estudiar periodismo me dediqué al tema de la inteligencia, me relacioné más con militares que con literatos.
Andrea creó la revista AAInteligencia, la dirigió por 10 años y ahora es su editora principal. Sigue soltera y ha tenido dos hijos, uno ya adolescente.
—Se ha escrito por ahí que un día usted se fue de la casa de Nicanor diciéndole a gritos: “¡Estoy esperando un hijo, que no es tuyo!”.
—Fue bastante menos caricaturesco de lo que cuentan. Pero, efectivamente, un día nuestra relación debía terminar. Era el proceso casi natural, por la diferencia de edad. No podía ser mi pareja para siempre. A veces las cosas tienen que tomar otro rumbo, y eso ocurrió, simplemente. Nadie podrá extrañarse.
—A ver… en 1989. Llegó a dar una charla al Liceo Fleming, de Las Condes, donde yo estudiaba. Fui a saludarlo. Le tenía mucha admiración. Y le pregunté si lo podía ir a ver. Lo visitaba de vez en cuando, para consultarle cosas. Nuestra vida en común se inició sólo en 1992 y concluyó casi en 1997. Fue un lento proceso. Te empiezas a dar cuenta que resulta muy importante para tu vida, se hace inevitable estar juntos.
—Tenía usted unos 20 años y él 78. ¿Le pareció una edad adecuada para esa relación?
—Vivo sin ponerle nombre a las cosas. No medí las consecuencias. ¡Y qué importa! Nació en forma natural y es muy-muy importante para mí.
—Natural. Resulta fácil imaginar a una adolescente encandilada con alguien que para miles de jóvenes es casi una estrella de rock.
—No es así. El Nicanor de mi vida no es el personaje, es el hombre. Nunca me relacioné con “el personaje”. Lo admiro y lo admiré siempre, pero siento mucho pudor cuando pienso que alguien crea que me acerqué a él para que me diera buena sombra. Luego de estudiar periodismo me dediqué al tema de la inteligencia, me relacioné más con militares que con literatos.
Andrea creó la revista AAInteligencia, la dirigió por 10 años y ahora es su editora principal. Sigue soltera y ha tenido dos hijos, uno ya adolescente.
—Se ha escrito por ahí que un día usted se fue de la casa de Nicanor diciéndole a gritos: “¡Estoy esperando un hijo, que no es tuyo!”.
—Fue bastante menos caricaturesco de lo que cuentan. Pero, efectivamente, un día nuestra relación debía terminar. Era el proceso casi natural, por la diferencia de edad. No podía ser mi pareja para siempre. A veces las cosas tienen que tomar otro rumbo, y eso ocurrió, simplemente. Nadie podrá extrañarse.
NICANOR PARRA 100 AÑOS DE ANTIPOEMAS, ARTEFACTOS DRAMÁTICOS Y DISCURSOS DE SOBREMESA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto",
Parra, Antipoeta y la Incertidumbre
L. Sanhueza
Mientras
la convención literaria le otorgaría un significado estable, plano,
paradójicamente concreto, en el sentido de la inseguridad y la
incerteza, la convención parriana desprende de ella un hecho
científico alarmante, el principio de Heisenberg, según el cual no es
posible determinar simultáneamente algunos pares de variables físicas;
por ejemplo, la posición y el momento de un cuerpo. A partir de eso
Parra, por su formación científica, parece decirnos que no sólo sabe
eso, sino también que del mismo modo las relaciones entre las cosas, es
decir, entre las palabras, no son ciertas, porque nada es cierto salvo
en sí mismo, nada, ni siquiera “el color del cristal con que se mira”.
La propia noción de “poemas y antipoemas” incluye esa conciencia de la dualidad. El universo parriano no está constituido por unidades cabales, sino por pares: derecho y revés, humano y divino, poesía y antipoesía. Por ahí hay un famoso verso en que el autor se define a sí mismo como “un embutido de ángel y bestia”. No un cruce, no una cohabitación, sino un embutido brutal, manual y doméstico. Es, en fin, el choque de opuestos -su fusión o su rebote- lo que da vida al artefacto literario. Y aquí volvemos a la física cuántica, en particular a la asociación de materia y antimateria: electrón y positrón que, con su encuentro, permiten el surgimiento del fotón, la luz.
Esa manera de ver el acto poético como una tensión física permanente, que admite y hasta necesita la oposición de pares entre una realidad y algo que pueda llamarse “antirrealidad” -certeza y azar, amor y odio, risa y llanto-, irrumpió con fuerza liberadora en la poesía chilena.
En Parra se produce el encuentro entre sus preocupaciones inmediatas de profesor de física, su vocación de hombre de letras enfrentado a las vanguardias de su tiempo y, especialmente, su biografía de chileno provinciano arraigado en la cultura de macuco huaso de Chillán viejo, el coa, el habla popular de Chile.
La propia noción de “poemas y antipoemas” incluye esa conciencia de la dualidad. El universo parriano no está constituido por unidades cabales, sino por pares: derecho y revés, humano y divino, poesía y antipoesía. Por ahí hay un famoso verso en que el autor se define a sí mismo como “un embutido de ángel y bestia”. No un cruce, no una cohabitación, sino un embutido brutal, manual y doméstico. Es, en fin, el choque de opuestos -su fusión o su rebote- lo que da vida al artefacto literario. Y aquí volvemos a la física cuántica, en particular a la asociación de materia y antimateria: electrón y positrón que, con su encuentro, permiten el surgimiento del fotón, la luz.
Esa manera de ver el acto poético como una tensión física permanente, que admite y hasta necesita la oposición de pares entre una realidad y algo que pueda llamarse “antirrealidad” -certeza y azar, amor y odio, risa y llanto-, irrumpió con fuerza liberadora en la poesía chilena.
En Parra se produce el encuentro entre sus preocupaciones inmediatas de profesor de física, su vocación de hombre de letras enfrentado a las vanguardias de su tiempo y, especialmente, su biografía de chileno provinciano arraigado en la cultura de macuco huaso de Chillán viejo, el coa, el habla popular de Chile.
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Adolfo Vásquez Rocca PH. D. Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo y Arquitectura UNAB Santiago. En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la Fundación Hombre y Mundo y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. Miembro del Consejo Editorial Internacional de la Fundación Ética Mundial de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de Konvergencias, Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia (Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador). Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011.
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto",
NICANOR PARRA 100 AÑOS DE ANTIPOEMAS, ARTEFACTOS DRAMÁTICOS Y DISCURSOS DE SOBREMESA _ Dr. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: antipoesía, parodias y lenguajes híbridos".
(Homenaje con motivo de los 90 años del Anti-Poeta). Biblioteca Virtual
de Literatura / Satírica / Crítica. SEVILLA, ESPAÑA, Diciembre 2004.
http://www.trazegnies.arrakis.es/parra.html
DISCURSO DEL BÍO BÍO4
DISCURSOS DE SOBREMESA, 2006 [Fragmento]
Nicanor Parra
I
HASTA AQUÍ LOS DISCURSOS HAN SIDO BUENOS
HASTA AQUÍ LOS DISCURSOS HAN SIDO BUENOS
Pero largos
El mío será malo qué duda cabe
Pero corto
El mío será malo qué duda cabe
Pero corto
Me propongo pasar a la reserva
Como el orador + lacónico de la tribu
Como el orador + lacónico de la tribu
Para decirlo todo de una vez
Advertiré que mi discurso consta de una sola palabra:
Gracias señor Rector
Es un honor muy grande para mí
Inmerecido por donde se mire:
En esto sí que soy intransigente
He dicho
Advertiré que mi discurso consta de una sola palabra:
Gracias señor Rector
Es un honor muy grande para mí
Inmerecido por donde se mire:
En esto sí que soy intransigente
He dicho
VI
A LA PALABRA DOCTOR
A LA PALABRA DOCTOR
Se le adjudican al menos los siguientes significados
Alguien que conoce bien su materia
Alguien que tiene algo que decir
Una voz que viene de lejos
Uno que hace hablar a las estatuas
Alguien que habla sin mover los labios
Un espectro que se ríe de todo
Incluida la demostración ontológica de la ∃ de Marx
Sombra que se desplaza x la Biblia
Como don Pedro Aguirre Cerda x su casa de Conchalí
Alguien que tiene algo que decir
Una voz que viene de lejos
Uno que hace hablar a las estatuas
Alguien que habla sin mover los labios
Un espectro que se ríe de todo
Incluida la demostración ontológica de la ∃ de Marx
Sombra que se desplaza x la Biblia
Como don Pedro Aguirre Cerda x su casa de Conchalí
Me quedo con el sentido
Que le asigna la Commedia Dell’ Arte
Dos puntos
Personaje grotesco
Caricatura de universitario pedante
Se le reconoce x sus discursos retóricos interminables
Plagados de citas greco-latinas
En Chile quiere decir matasano
Comúnmente se usa como sinónimo de Jefe
En sentido burlesco:
Hola Doctor
Hola Maestro Hola Jefe
Tratar a alguien de Dr. en Chile
Es casi tan grave como sacarle la madre
Que la verdad no quede sin ser dicha
Que le asigna la Commedia Dell’ Arte
Dos puntos
Personaje grotesco
Caricatura de universitario pedante
Se le reconoce x sus discursos retóricos interminables
Plagados de citas greco-latinas
En Chile quiere decir matasano
Comúnmente se usa como sinónimo de Jefe
En sentido burlesco:
Hola Doctor
Hola Maestro Hola Jefe
Tratar a alguien de Dr. en Chile
Es casi tan grave como sacarle la madre
Que la verdad no quede sin ser dicha
VIII
BROMAS APARTE
BROMAS APARTE
Qué se hace en un caso como éste
Yo Doctor Honoris Causa?
Yo profeta en mi tierra?
Permítame que me sonría…
Tomadura de pelo + grande no hay
Faltan palabras en el diccionario
Los lugares comunes de rigor
Acuden como moscas al antipoema
Lo mejor será quedarse callado
Me consolaré pensando
Que de poeta
de doctor
& de loco
Todos tenemos un poco
Según reza la lira popular
Yo Doctor Honoris Causa?
Yo profeta en mi tierra?
Permítame que me sonría…
Tomadura de pelo + grande no hay
Faltan palabras en el diccionario
Los lugares comunes de rigor
Acuden como moscas al antipoema
Lo mejor será quedarse callado
Me consolaré pensando
Que de poeta
de doctor
& de loco
Todos tenemos un poco
Según reza la lira popular
XIII
QUÉ PASA!
QUÉ PASA!
Veo que están bostezando:
No importa
Bienaventurados los que tienen sueño
Porque no tardarán en quedarse dormidos
No importa
Bienaventurados los que tienen sueño
Porque no tardarán en quedarse dormidos
XXII
CAPITALISMO & SOCIALISMO
CAPITALISMO & SOCIALISMO
Economicismos decimonónicos
Anteriores al Principio de Finitud
Anteriores al Principio de Finitud
Ni socialista ni capitalista
Sino todo lo contrario Sr. Director:
Ecologista intransigente
Sino todo lo contrario Sr. Director:
Ecologista intransigente
Entendemos x ecologismo
Un movimiento socio-económico
Basado en la idea de armonía
De la especie humana con su medio
Un movimiento socio-económico
Basado en la idea de armonía
De la especie humana con su medio
Que lucha x una vida lúdica
Creativa
igualitaria
pluralista
libre de explotación
Creativa
igualitaria
pluralista
libre de explotación
Y basada en la comunicación
Y colaboración de grandes & chicos
Y colaboración de grandes & chicos
XXXII
UN MILLÓN DE GRACIAS
UN MILLÓN DE GRACIAS
A los oradores
Que me han precedido en el uso de la palabra
A todos los presentes
Y con mayor razón a los ausentes
Sus razones tendrán para no estar aquí
Nada en el mundo ocurre porque sí
Que me han precedido en el uso de la palabra
A todos los presentes
Y con mayor razón a los ausentes
Sus razones tendrán para no estar aquí
Nada en el mundo ocurre porque sí
Claro que me hubiera encantado
Ver en primera fila
Ver en primera fila
A la Santísima Trinidad de la Chilena Poesía
Madre
Hijo
& Espíritu Santo:
Madre
Hijo
& Espíritu Santo:
A la Mistral
En tenida de monje franciscano
En tenida de monje franciscano
A Neruda
De corbata de rosa y de sombrero alón
De corbata de rosa y de sombrero alón
A Huidobro
Disfrazado de Cid Campeador
Disfrazado de Cid Campeador
A Magallanes a Pezoa Véliz
Al heroico Domingo Gómez Rojas
(1896-1920)
Está de centenario
A Enrique Lihn a Eduardo Anguita
Doctores todos x derecho propio
Al heroico Domingo Gómez Rojas
(1896-1920)
Está de centenario
A Enrique Lihn a Eduardo Anguita
Doctores todos x derecho propio
Por + que abro los ojos no los veo
Se me dirá que están en sus poemas
A otro Parra con ese hueso
Lo + probable es que no estén en ninguna parte
A otro Parra con ese hueso
Lo + probable es que no estén en ninguna parte
Estos
& otros misterios insondables
& otros misterios insondables
XXXIII
EN RESUMEN
EN RESUMEN
en síntesis
en buen romance:
en buen romance:
Muchos los problemas
Una la solución:
Una la solución:
Economía Mapuche de Subsistencia
LOS PROFESORES |
a preguntas que no venían al caso
cómo se suman números complejos
hay o no hay arañas en la luna
cómo murió la familia del zar
¿es posible cantar con la boca cerrada?
quién le pintó bigotes a la Gioconda
cómo se llaman los habitantes de Jerusalén
hay o no hay oxígeno en el aire
cuántos son los apóstoles de Cristo
cuál es el significado de la palabra consueta
cuáles fueron las palabras que dijo Cristo en la cruz
quién es el autor de Madame Bovary
dónde escribió Cervantes el Quijote
cómo mató David al gigante Goliat
etimología de la palabra filosofía
cuál es la capital de Venezuela
cuándo llegaron los españoles a Chile
Nadie dirá que nuestros maestros
eran unas enciclopedias rodantes
exactamente todo lo contrario:
unos modestos profesores primarios
o secundarios no recuerdo muy bien
-eso sí que de bastón y levita
como que estamos a comienzos de siglo-
no tenían para qué molestarse
en molestamos de esa manera
salvo por razones inconfesables:
a qué tanta manía pedagógica
¡tanta crueldad en el vacío más negro!
Dentadura del tigre
nombre científico de la golondrina
de cuántas partes consta una misa solemne
cuál es la fórmula del anhidrido sulfúrico
cómo se suman fracciones de distinto denominador
estómago de los rumiantes
árbol genealógico de Felipe II
Maestros Cantores de Nüremberg
Evangelio según San Mateo
nombre cinco poetas finlandeses
etimología de la palabra etimología
Ley de la gravitación universal
a qué familia pertenece la vaca
cómo se llaman las alas de los insectos
a qué familia pertenece el ornitorrinco
mínimo común múltiplo entre dos y tres
hay o no hay tinieblas en la luz
origen del sistema solar
aparato respiratorio de los anfibios
órganos exclusivos de los peces
sistema periódico de los elementos
autor de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis
en qué consiste el fenómeno llamado es-pe-jis-mo
cuánto demoraría un tren en llegar a la luna
cómo se dice pizarrón en francés
subraye las palabras terminadas en consonante.
La verdad de las cosas
es que nosotros nos sentábamos en la diferencia
quién iba a molestarse con esas preguntas
en el mejor de los casos apenas nos hacían temblar
únicamente un malo de la cabeza
la verdadera verdad de las cosas
es que nosotros éramos gente de acción
a nuestros ojos el mundo se reducía
al tamaño de una pelota de fútbol
y patearla era nuestro delirio
nuestra razón de ser adolescentes
hubo campeonatos que se prolongaron hasta la noche
todavía me veo persiguiendo
la pelota invisible en la oscuridad
había que ser buho o murciélago
para no chocar con los muros de adobe
ése era nuestro mundo
las preguntas de nuestros profesores
pasaban gloriosamente por nuestras orejas
como agua por espalda de pato
sin perturbar la calma del universo:
partes constitutivas de la flor
a qué familia pertenece la comadreja
método de preparación del ozono
testamento político de Balmaceda
sorpresa de Cancha Rayada
por dónde entró el ejército libertador
insectos nocivos a la agricultura
cómo comienza el Poema del Cid
dibuje una garrucha diferencial
y determine la condición de equilibrio.
El amable lector comprenderá
que se nos pedía más de lo justo
más de lo estrictamente necesario:
¿determinar la altura de una nube?
¿calcular el volumen de la pirámide?
¿demostrar que raíz de dos es un número irracional?
¿aprender de memoria las Coplas de Jorge Manrique?
déjense de pamplinas con nosotros
hoy tenemos que dirimir un campeonato
pero llegaban las pruebas escritas
y a continuación las pruebas orales
(en unas de fregar cayó Caldera)
con una regularidad digna de mejor causa:
teoría electromagnética de la luz
en qué se distingue el trovador del juglar
¿es correcto decir se venden huevos?
¿sabe lo que es un pozo artesiano?
clasifique los pájaros de Chile
asesinato de Manuel Rodríguez
independencia de la Guayana Francesa
Simón Bolívar héroe o antihéroe
discurso de abdicación de O'Higgins
ustedes están más colgados que una ampolleta
Los profesores tenían razón:
en verdad en verdad
el cerebro se nos escapaba por las narices
-había que ver cómo nos castañeteaban los dientes-
a qué se deben los colores del arco iris
hemisferios de Magdeburgo
nombre científico de la golondrina
metamorfosis de la rana
qué entiende Kant por imperativo categórico
cómo se convierten pesos chilenos a libras esterlinas
quién introdujo en Chile el colibrí
por qué no cae la Torre de Pisa
por qué no se vienen abajo los Jardines Flotantes de Babilonia
¿por qué no cae la luna a la tierra?
departamentos de la provincia de Ñuble
cómo se trisecta un ángulo recto
cuántos y cuáles son los poliedros regulares
éste no tiene la menor idea de nada.
Hubiera preferido que me tragara la tierra
a contestar esas preguntas descabelladas
sobre todo después de los discursitos moralizantes
a que nos sometían impajaritablemente día por medio
¿saben ustedes cuánto cuesta al estado
cada ciudadano chileno
desde el momento que entra a la escuela primaria
hasta el momento que sale de la universidad?
¡un millón de pesos de seis peniques!
Un millón de pesos de seis peniques
y seguían apuntándonos con el dedo:
cómo se explica la paradoja hidrostática
cómo se reproducen los helechos
enuméreme los volcanes de Chile
cuál es el río más largo del mundo
cuál es el acorazado más poderoso del mundo
cómo se reproducen los elefantes
inventor de la máquina de coser
inventor de los globos aerostáticos
ustedes están más colgados que una ampolleta
van a tener que irse para la casa
y volver con sus apoderados
a conversar con el Rector del Establecimiento.
Y mientras tanto la Primera Guerra Mundial
Y mientras tanto la Segunda Guerra Mundial
La adolescencia al fondo del patio
La juventud debajo de la mesa
La madurez que no se conoció
La vejez
............ con sus alas de insecto.
de Hojas de parra (Santiago, Ganímedes, 1985)
Adolfo Vásquez Rocca, Antipoesía y deconstrucción; Nicanor Parra, artefactos dramáticos y recuperación del habla empírica, En Revista de Critica Literaria y Poesía VeroAdos, España, 2005
http://www.filosofia.tk/versoados/articulos/articulo_antipoesia.htm
Adolfo Vásquez Rocca, "Nicanor Parra: Antipoesía, parodias y lenguajes híbridos",
En La Casa de Asterión, Revista de Estudios Literarios, Volumen VIII,
Nº 29, 2007, ISSN:0124 – 9282, Facultad de Educación, UNIVERSIDAD DEL
ATLÁNTICO, Colombia.
http://casadeasterion.homestead.com/v8n29antip.html
http://casadeasterion.homestead.com/v8n29antip.html
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto",
Homenaje con motivo del premio Cervantes 2011, En Almiar, MARGEN CERO,
Miembro Fundador de A.R.D.E. Asociación de Revistas Digitales de
España; Madrid; ISSN: 1695-4807. Madrid, enero, 2012
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto",
Vásquez Rocca, Adolfo, "Nicanor Parra: Antipoemas, parodias y lenguajes híbridos. De la Antipoesía al lenguaje del Artefacto", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid UCM, Nº MONOGRÁFICO [Nº Especial: América Latina (2012)] pp. 213 - 231
http://www.ucm.es/info/nomadas/americalatina2012/adolfovasquezrocca_2.pdf
NICANOR
PARRA CUMPLE 100 AÑOS _ AUTO-RETRATO _ NICANOR PARRA: ANTIPOEMAS,
PARODIAS Y LENGUAJES HÍBRIDOS. DE LA ANTIPOESÍA AL LENGUAJE DEL
ARTEFACTO DR. ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
AUTORRETRATO |
Considerad, muchachos,
Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.
En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!
Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
PUBLICACIONES
Publicaciones Internacionales Catalogadas en DIALNET Directorio de Publicaciones Científicas Hispanoamericanas
http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1053859
Publications Scientific
http://de.scientificcommons.org/adolfo_v%C3%A1squez_rocca
Biblioteket og Aarhus Universitet, Denmark | Det Humanistiske Fakultet
http://www.statsbiblioteket.dk/
BIBLIOTECA UNI>ERSIA – Unesco - CSIC
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ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA PH.D. - CURRICULUM ACADÉMICO
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Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.
En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!
Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.
De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento,1954)
NICANOR PARRA - ANTIPOEMAS
Adolfo Vásquez Rocca - Doctor en Filosofía
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
Eastern Mediterranean University - Academia.edu
E-mail: adolfovrocca@gmail.com
Doctor
en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso;
Postgrado Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía
IV, mención Filosofía Contemporánea y Estética. Profesor de Postgrado
del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de
Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo, Profesor Adjunto Escuela de Psicología y de la Facultad de Arquitectura UNAB Santiago. Profesor PEL Programa Especial de Licenciatura en Diseño,
UNAB – DUOC UC – En octubre de 2006 y 2007 es invitado por la
'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias
en México. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Consejo Editorial Internacional de Revista Praxis –Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional UNA, Costa Rica. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador–. –Secretario Ejecutivo de Revista Philosophica PUCV. –Asesor Consultivo de Enfocarte –Revista de Arte y Literatura– Cataluña / Gijón, Asturias, España. –Miembro del Consejo Editorial Internacional de 'Reflexiones Marginales' –Revista de la Facultad de Filosofía y Letras UNAM. –Editor Asociado de Societarts, Revista de artes y humanidades, adscrita a la Universidad Autónoma de Baja California. –Miembro del Comité Editorial de International Journal of Safety and Security in Tourism and Hospitality, publicación científica de la Universidad de Palermo. –Miembro Titular del Consejo Editorial Internacional de Errancia,
Revista de Psicoanálisis, Teoría Crítica y Cultura –UNAM– Universidad
Nacional Autónoma de México. –Miembro del Consejo Editorial de Revista “Campos en Ciencias Sociales”, Universidad Santo Tomás © , Bogotá, Colombia. –Miembro de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) con sede en Bruselas, Bélgica. Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria – Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado –UCM. Eastern Mediterranean University - Academia.edu.
Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y
Postgrado, Universidad Andrés Bello. –Investigador Asociado y Profesor
adjunto de la Escuela Matríztica de Santiago –dirigida por el Dr. Humberto Maturana. Consultor Experto del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad (CNIC)– Artista conceptual. Crítico de Arte. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización,
Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la
International Conference de la Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011. Traducido al Francés - Publicado en la sección Architecture de la Anthologie: Le Néant Dans la Pensée Contemporaine . Publications du Centre Français d'Iconologie Comparée CFIC, Bès Editions , París, © 2012. Profesor de Postgrado, Magister en Biología-Cultural, Escuela Matríztica de Santiago y Universidad Mayor 2013.
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