sábado, 1 de marzo de 2008

RORTY Y NIETZSCHE; FILOSOFÍA, FICCIÓN NARRATIVA E IMAGINACIÓN POÉTICA Por Adolfo vasquez Rocca

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Richard Rorty y el Pragmatismo por Adolfo Vásquez Rocca

FILOSOFÍA, FICCIÓN NARRATIVA E IMAGINACIÓN POÉTICA EN RORTY


1.-


Existe una batalla institucional entre la Teoría Literaria y la Filosofía Una pugna esperpéntica por hacerse con el papel de “cúspide de la cultura” tras el advenimiento de la postmodernidad.


Para Rorty es esencial, si perseguimos el ideal de una cultura igualitaria, que se consideren todos los objetos que pueblan el mundo, desde los quarks hasta las instituciones democráticas, simétricamente, sin distinciones epistemológicas entre objetos “duros”, los de la ciencia, y objetos “blandos”, los de las humanidades, que legitimen la jerarquía entre los saberes. Todo objeto, sea un átomo o el teatro de Beckett, es como un número; no hay nada que saber sobre él excepto las infinitas relaciones que mantiene con otros objetos. En este sentido, “desde un punto de vista abiertamente pragmatista, no hay una diferencia importante entre mesas y textos, protones y poemas. Para un pragmatista, todas estas cosas son simplemente permanentes posibilidades de uso, y por consiguiente, de redescripción, reinterpretación y manipulación”.


Del panrelacionalismo emana la recontextualización; si la única “esencia” de cualquier elemento es la de encontrarse en relación contingente y holística con los demás, la de formar parte de un contexto cambiante que es el que le otorga, como sucede con el signo saussuriano, significación, la recontextualización, esto es, la modificación, el retejido quineano de las relaciones y contextos previos, aparece como el medio más apropiado, primero, de concebir toda investigación, de alterar, segundo, las relaciones heredadas por la tradición con un cambio radical de posición de los elementos, con la creación de un nuevo contexto en el que subsumir lo familiar o con la incorporación de nuevas instancias que cambien y aumenten el espectro de relaciones que afrontamos. La recontextualización sustituye la metafórica de la verticalidad –profundidad, latente, subyacente etc. – por la metafórica de la amplitud. Si vemos la indagación intelectual a la manera de una redescripción a gran escala consciente y deliberada, la ciencia pasará a ser vista como la empresa caracterizada por una meta; la inclusión de un número cada vez mayor de datos que haga posible la formulación de descripciones más útiles de la realidad. En moral, la recontextualización se mueve con el fin de aumentar la simpatía, la incorporación de nuevos grupos humanos al pronombre “nosotros” que aminoren la exclusión. En uno y otro caso el “criterio de validez” de los vocabularios es la capacidad inclusiva que ostentan, y no su presunta aproximación a la naturaleza del mundo o del hombre. Frente a los espacios lógicos inalterados, que no admiten ningún nuevo candidato a creencia, el caso de las matemáticas, se alzan los contextos gobernados por la imaginación, en los que la irrupción de metáforas e invención de neologismos ocupan el papel principal. Reordenar el material previo implica, frente a la inferencia y deducción, propias de la epistemología, la puesta en acto de la imaginación y la inventiva, la restauración de las virtudes que el romanticismo reivindicó como contrapunto a la dominante soberanía de la matriz cartesiana.

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2.


Después de Nietzsche la filosofía sistemática se volvió poética y narrativa.


Nietzsche en varios pasajes de sus obras, pero sobre todo, en su pequeño escrito Sobre Verdad y Mentira en sentido extramoral (que vio la luz como póstumo en 1903), va aclarando que la fuente original del lenguaje y del conocimiento no está en la lógica sino en la imaginación. En la capacidad radical e innovadora que tiene la mente humana de crear metáforas, enigmas y modelos. El edificio de la ciencia se alza sobre las arenas movedizas de ese origen. Nosotros nos preguntábamos hace un rato dónde colocar la verdad, ¿qué es la verdad? y con brillantez Nietzsche ha contestado: «¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes. Las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal.» Estos supuestos dan la clave de la respuesta de Nietzsche a la pregunta por el impulso a la verdad. El hombre es un animal social y ha adquirido el compromiso moral de «mentir gregariamente», pero con el tiempo y el uso inveterado «...se olvida [...] de su situación [...] por tanto miente inconscientemente y en virtud de hábitos seculares y precisamente en virtud de esta inconsciencia [...] de este olvido, adquiere el sentimiento de verdad.»


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Nietzsche Filosofía y Literatura por Adolfo Vásquez Rocca

Esta necesidad de metáfora Nietzsche la lleva a todos los campos humanos, tanto los del saber como los del lenguaje. Se convierte en un impulso fundamental del hombre del que no se puede prescindir ni un instante aún cuando esté produciendo conceptos para la ciencia. Sobre todo, esto se ve en la capacidad del hombre de hacer arte y de elaborar mitos que «...continuamente muestra el afán de configurar el mundo existente del hombre despierto, haciéndolo tan abigarradamente irregular, tan inconsecuente, tan inconexo, tan encantador y eternamente nuevo, como lo es el mundo de los sueños.»


Tal operación mediadora es la trama, a través de la cual los acontecimientos singulares y diversos adquieren categoría de historia o narración. La trama confiere unidad e inteligibilidad a través de la síntesis de lo heterogéneo. Nada puede ser considerado como acontecimiento si no es susceptible de ser integrado en una trama, esto es de ser integrado en una historia.»


No podemos decir que el relato histórico sea idéntico al relato narrativo. En el primer caso la verdad apunta a una realidad ya acontecida, pero la ficción puede hacer que la… entonces en cada momento, como en sueños, todo es posible y la naturaleza entera revolotea alrededor del hombre como si solamente se tratase de una, creando así un conflicto, que dura hasta nuestros días entre conocimiento y arte, ciencia y sabiduría. Mentir ha dejado de ser algo que pertenezca a la moralidad y se convierte en «desviación consciente de la realidad que se encuentra en el mito, el arte, la metáfora». Mentir, en el terreno de la estética, es simplemente el estímulo consciente e intencional de la ilusión.



describir la fuerza de la ficción e ilusión en el mundo de la narrativa. En los Escritos póstumos de su período juvenil

«...conocer es simplemente trabajar con la metáfora favorita de uno... porque la construcción de metáforas es el instinto fundamental del hombre.» Pero aún hay más. Para Nietzsche puede haber errores necesarios: «a veces necesitamos la ceguera y debemos permitir que ciertos errores y artículos de fe permanezcan intactos en nosotros mientras nos mantengan en vida.» A estas ficciones las llama «ficciones reguladoras» y las reconoce como «errores ópticos», simplemente porque las necesitamos para vivir. Y son errores en la medida en que todas las leyes de la perspectiva deben por su naturaleza ser errores. En este sentido habla de las auténticas falsedades vivientes, de los errores vivientes y añade: «He aquí por qué debemos permitir vivir a los errores y proporcionarles un amplio dominio. Para que pueda haber algún grado de consciencia en el mundo, tiene que surgir un mundo irreal de error... Mientras no ha surgido un mundo imaginario, en contradicción con el flujo imaginario... y así podemos ver el error fundamental sobre lo que descansa todo lo demás: la creencia en la permanencia... pero este error sólo puede ser destruido con la vida misma... nuestros órganos están ajustados al error. Así pues surge aquí en el hombre sabio la contradicción entre la vida y sus últimas determinaciones: el instinto del hombre para el conocimiento presupone la creencia en el error y en la vida... errar es la condición de la vida... el hecho de que sabemos que erramos no suprime el error:" ¡Y esto es un pensamiento amargo! Debemos amar y cultivar el error: es la madre del conocimiento.»


Varios pasajes corroboran este convencimiento nietzscheano: «Hemos organizado un mundo en el que podamos vivir -suponiendo cuerpos, líneas, superficies, causas y efectos, movimiento y reposo, forma y contenido; ¡sin estos artículos de fe nadie sería capaz de soportar la vida! Pero esto no significa que ya se ha aprobado algo. La vida no es argumento; pues el error podría ser una de las condiciones de la vida. Nuestra concepción empírica del mundo, se basa en "presupuestos fundamentalmente erróneos..., el mundo como idea significa el mundo como error.» En este contexto Nietzsche alude expresamente a Kant: «...cuando Kant dice: la razón no deriva sus leyes de la naturaleza sino que las prescribe a la naturaleza, eso es, con respeto al concepto de naturaleza completamente verdadero.» Esta frase de Kant, como podemos inferir de otras referencias ocasionales a ella, le produjo una gran impresión a Nietzsche. Es justamente esta fuerza de la mente creadora, inventiva, poética y falsificadora, lo que Nietzsche subraya repetidamente.


Nos interesa llevar toda esta teoría del conocimiento de Nietzsche al terreno de la estética que es donde vamos a situar finalmente la categoría narración, objetivo de nuestro estudio. Nietzsche habla del «engaño artístico». El arte, es «una especie de culto a lo falso» y se basa en «la voluntad de ilusión».


La Creación por la Metáfora Acabamos de ver que en la teoría del conocimiento de Nietzsche se nos indica que conocemos desde nuestro ángulo de visión o perspectiva. No nos es posible una mirada total, nos pertenece el límite de espacio y sobre todo de interpretación. Vemos si interpretamos. Es nuestra posibilidad y nuestro riesgo. Esto es lo que nos propone Nietzsche: un nuevo tipo de razón. Una razón narrativa o categoría narrativa lo llamamos nosotros, que penetre en las zonas de irracionalidad del ser humano.


Será bueno recordar que la palabra griega metáfora proviene de meta (más allá) y fero (llevar), es decir: meta-foreo: trasportar; metáfora significa por tanto, etimológicamente, trasporte. Desde sus inicios el concepto de metáfora se presenta como el de un instrumento adecuado para traspasar los límites impuestos por la forma literal del lenguaje. La metáfora ha sido considerada tradicionalmente como una comparación abreviada.


Cabe motar que ciertas metáforas que, a lo largo de la historia comenzaron siendo modelos geniales para terminar erigiéndose en verdades; así el mecanicismo de Descartes y de Newton. Esto se debe, piensa el autor, a una invasión de especie: «cuando es empleado por una metáfora y se la toma en sentido literal, estamos frente a un ejemplo de invasión de una especie…


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Filosofía Narrativas y Arte por Adolfo Vásquez Rocca

La simulación es la primera cualidad a tener en cuenta a la hora de fundamentar un «relativismo positivo», puesto que en el momento en que deja de haber simulación la metáfora se convierte en creencia. Dicho de otro modo, el sentido metafórico se convierte en literal cuando se desvanece la conciencia de simulación. Se dice entonces que la metáfora es una metáfora muerta. La metáfora viva es aquella en cuya enunciación se sigue manteniendo la conciencia de la aplicación inadecuada de sus términos. Convertida en creencia, la metáfora muerta hará perder a la razón su movimiento genuinamente creativo y se producirá un anquilosamiento. El que cae víctima de la metáfora acepta una manera de clasificar, agrupar o colocar los hechos como la única que existe para clasificarlos, agruparlos o ubicarlos. Esta rigidez sistemática se evita con el nuevo uso de la categoría narración en donde la «verdad literal» puede convertirse en una falacia, como nos ha dicho Nietzsche. Si se ha hecho uso consciente o inconsciente de una metáfora es porque no se podía dar otra visión más «auténtica» de la realidad aún en el supuesto de que la hubiere. ¿Quiere esto decir que todo conocimiento de la realidad deba ser metafórico? Que todo conocimiento sea interpretativo no implica que toda interpretación sea metafórica. Toda interpretación, como toda hipótesis, tiene en su base una analogía, aunque sólo fuese por el mero hecho de que lo que conocemos debe expresarse en función de algo ya conocido, ya sea por contradicción o semejanza, por extensión, pertenencia, etc. Ver algo como otra cosa parece inevitable, de manera que las estructuras cognitivas llegan a ser sofisticados sistemas referenciales cuyo referente no es ninguna «realidad» originaria, sino el mismo sistema lingüístico con sus propias y primitivas referencias.


La metáfora permite una nueva visión, una nueva organización del universo, un nuevo orden, pero lo realmente nuevo son las asociaciones que permiten ese nuevo orden. Inventar una metáfora es crear asociaciones nuevas. Dar lugar a una metáfora (abrir un lugar) es crear sentido.


Y, si toda realidad exige ser descifrada de un modo tan nuevo como nueva es la forma de presentarse la realidad en cada momento, la razón que la descifre habrá de se razón creadora. Y no es extraño, como indica N. Goodman, que hay tantos modos de ser del mundo como modos hay de expresarlo, verlo, describirlo. Y ninguno de estos modos de ser es el modo de ser el mundo. Lo que equivale a decir que el hecho de que el mundo se predique de diversas maneras no da derecho a suponer que el mundo es de una determinada manera. Sin embargo, puede decirse que el mundo es de diversas maneras, siendo así que el hombre es un ser condenado a captarlo, verlo, entenderlo, describirlo, solamente en uno u otro de sus modos. Pero, consecuentemente, cada interpretación (en la terminología de Goodman) será real, será el mundo verdadero, y poco importa que exista o no, fuera de ellos, un mundo original.


Adolfo Vásquez Rocca



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SEMINARIO RORTY

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Notas para Clases

Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca.


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